Solo cuando se enamoran pierden facultades y se entregan a su amor...
---
Solo cuando se enamoran pierden facultades y se entregan a su amor...
---
No me tientes que si nos tentamos no nos podremos olvidar... Benedetti
***
Tú eres como una joya, valiosa y única.Y como tal,sólo puede evaluarte verdaderamente un experto.¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
-
---
---
Última edición por Biby; 22-may.-2012 a las 15:35
No me tientes que si nos tentamos no nos podremos olvidar... Benedetti
***
-
-
No me tientes que si nos tentamos no nos podremos olvidar... Benedetti
***
Historias de viejos marineros,
de antiguos mares,
de anhelos imposibles
y de esa canción que me embriago
cuando rumbo al infinito
sortee los acantilados
que entre la bruma
amenazaban mi viaje
"juro que te vi, entre las rocas,
antes de sumergirte y desaparecer"
“El alma humana es una caja de donde siempre puede saltar un payaso haciéndonos mofas y sacándonos la lengua, pero hay ocasiones en que ese mismo payaso se limita a mirarnos por encima del borde de la caja, y si ve que, por accidente, estamos procediendo según lo que es justo y honesto, asiente aprobadoramente con la cabeza y desaparece pensando que todavía no somos un caso perdido.”
- José Saramago, El Doble
“El alma humana es una caja de donde siempre puede saltar un payaso haciéndonos mofas y sacándonos la lengua, pero hay ocasiones en que ese mismo payaso se limita a mirarnos por encima del borde de la caja, y si ve que, por accidente, estamos procediendo según lo que es justo y honesto, asiente aprobadoramente con la cabeza y desaparece pensando que todavía no somos un caso perdido.”
- José Saramago, El Doble
-
-
No me tientes que si nos tentamos no nos podremos olvidar... Benedetti
***
------
El Eterno Canto De Las Sirenas
¿Qué decía, Ulises, el canto de las sirenas que tu pobre astucia
no se atrevió a escuchar?
¿Qué fue de la armoniosa perfección
que tus naves esquivaron?
¿De qué sirvieron tus viajes, para qué las arenas de Troya,
la victoria a traición,
la embriaguez de Polifemo?
¿Para qué la gloria de los siglos, insensato,
si, hombre al fin, tuviste el milagro al alcance
de tu mano
–más importante que la gloria
más efímero que la fama, y por eso
sólo por eso, eterno–
y te negaste, cobarde, a descifrarlo?
Pero las sirenas, Ulises, son eternas.
Otros son los que escuchan ahora nuestros cantos.
De Michèle Najlis.
«Thou wilt keep him in perfect peace, whose mind is stayed on thee: because he trusteth in thee». – Isaiah 26:3