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En Bayona (sur de Francia) donde está el Presidente Nicolas Sarkozy en su campaña electoral, entró rápidamente en un bar de la ciudad. No entró a saborear un rico y perfumado fondue savoyarde, o unos frescos moules frites, o a conversar con la clientela, no. Entró huyendo de la lluvia de huevos y palabrotas muy feas, que comenzaron ni bien puso un pié fuera del automóvil.
En Barcelona, la policía a los palos contra millares de manifestantes. En Grecia, las huelgas y las protestas callejeras acontecen un día si, y al otro también.
Hay muchas protestas en toda Europa, contra las medidas económicas que están siendo adoptadas en esos países, que llevarán sin duda a la recesión y desocupación.
Mientras tanto, los líderes de los 27 países que componen la Unión Europea, se reunieron en Bruselas, para firmar lo que ellos llaman de “Pacto Fiscal”. Aquellas metas establecidas en febrero, y que ponen severas y pesadas sanciones, a aquellos países que ultrapasen las fijadas del déficit público de sus presupuestos.
España ya avisó que no va a poder cumplir el compromiso del 4,4 % del PIB como se había pactado. Va a llegar este año al 5,8%.
Es decir, que el Presidente Mariano Rajoy llega a Bruselas a firmar un pacto, avisando que no va a cumplir lo que está firmando.
Es todo muy confuso.
Dentro de poco la Primavera comienza en Europa, pero las perspectivas –para los trabajadores sobre todo- es de días sombríos.
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