Yo también soy argentino, y conozco bien el mal de no pocos porteños, de ser agrandados y ver el mundo desde arriba.
El Che, a mi juicio, sufría en parte también ese desajuste de la personalidad, agrandado, muy preocupado por su imagen y por lo que dejaría a la posteridad. Espero que se revuelva en su tumba por la herencia de sangre guevarista que dejó.
Es cierto que parte de las cosas que hizo se deben a la polarización de esa época, lo que no admito es que me vendan como anti imperialista a alguien que luchó del lado del imperialismo. En este caso, del soviético.
Yo no creo en elitistas que imponen sus ideas por la fuerza y por el terror. Con todos los vicios y los errores de nuestros políticos, creo en la democracia.
Y no puedo respetar a alguien que combatió a un dictador para poner a otro. Si esa es la obra de los grandes...prefiero a los chicos.