Hoy día todos debemos luchar contra tendencias pecaminosas
que nos llevan a actuar egoístamente
(Romanos 7:21-23)
Por lo tanto, me doy cuenta
de que existe esta ley en mi caso:
cuando deseo hacer lo que es correcto, lo que es malo está conmigo.
Al hombre que soy por dentro de veras le agrada la ley de Dios,
?pero en mi cuerpo veo otra ley que lucha contra la ley de mi mente
y que me hace prisionero de la ley del pecado que está en mi cuerpo.