A Pablo se menciona cuando apedrearon al discípulo cristiano Esteban. (Hch 6:13; 7:58.)

Pablo aprobó el asesinato de Esteban,
y debido a su celo, mal dirigido por la tradición,
inició una campaña de persecución violenta contra los seguidores de Cristo.

Cuando se les iba a ejecutar,
votaba en su contra;
cuando se les juzgaba en las sinagogas,
trataba de obligarlos a retractarse.

Extendió su persecución a otras ciudades además de Jerusalén,
y hasta consiguió autorización escrita del sumo sacerdote
para buscar a los discípulos de Cristo
incluso en Damasco (Siria), muy al N.
y llevarlos atados a Jerusalén, probablemente para que el Sanedrín los juzgase.


Cuando se acercaba a Damasco,
Cristo se le reveló en una luz brillante
y lo comisionó para que le sirviera
y fuera testigo de las cosas que había visto y aún estaba por ver


Durante tres días no comió ni bebió.
Ya en Damasco, mientras oraba en la casa de cierto Judas,
contempló en una visión al discípulo cristiano Ananías que iba y le devolvía la vista.
Cuando la visión se hizo realidad, Pablo fue bautizado, recibió espíritu santo, comió y cobró fuerzas