“En las inscripciones de una tablilla asiria, de alrededor del año 2800 a. de C., se puede leer el siguiente texto: «En estos últimos tiempos, nuestra tierra está degenerando. Hay señales de que el mundo está llegando rápidamente a su fin. El cohecho y la corrupción son comunes».

Más de 2000 años después (pero 2400 antes de nuestros tiempos), Sócrates decía: «Los hijos son ahora tiranos… Ya no se ponen de pie cuando entra un anciano a la habitación. Contradicen a sus padres, charlan ante las visitas, engullen golosinas en la mesa, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros».

Y Platón redundaba en las opiniones de su maestro: «¿Qué está ocurriendo con nuestros jóvenes? Faltan al respeto a sus mayores, desobedecen a sus padres. Desdeñan la ley. Se rebelan en las calles inflamados de ideas descabelladas. Su moral está decayendo. ¿Qué va a ser de ellos?».

Como se ve, los problemas no han cambiando tanto como solemos creer”.