Poco después, uno de los delincuentes se da cuenta de que Jesús realmente es un rey y reprende al otro ladrón:
“¿Acaso no le tienes ningún temor a Dios, ahora que has recibido el mismo castigo?
Y, en nuestro caso, es lo justo, porque estamos recibiendo nuestro merecido por lo que hicimos;
pero este hombre no ha hecho nada malo”.
Entonces le suplica a Jesús: “Acuérdate de mí cuando entres en tu Reino” (Lucas 23:40-42).



Jesús le contesta: “Yo te aseguro hoy: estarás conmigo en el Paraíso” (Lucas 23:43).

Esta promesa es diferente de la que él les ha hecho a sus apóstoles.
A ellos les ha dicho que se sentarán en tronos con él en el Reino (Mateo 19:28; Lucas 22:29, 30).
Puede que este delincuente judío haya oído hablar sobre el jardín que Jehová creó en el principio para Adán, Eva y sus hijos.
Ahora, este ladrón puede morir con la esperanza de vivir en el Paraíso en la Tierra.