"¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?" (Jer 23:23-24)

Se ve con claridad que Dios está en todas partes y llena cielos y tierra.

David revela de manera hermosa la omnipresencia de Dios:

"¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra."

Dios mismo está presente donde quiera que David pueda ir. No existe ningún sitio del universo, ni en tierra ni en mar, ni en el cielo ni en el infierno, donde se pueda huir de la presencia de Dios.