(Hebreos 10:10)
Por esa voluntad hemos sido santificados
mediante el cuerpo de Jesucristo,
que fue ofrecido una vez y para siempre.
1 JUAN 2:2 Él es un sacrificio de reconciliación por nuestros pecados,
pero no solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. 3
HEBREOS 10
11 Además, todos los sacerdotes
ocupan su puesto cada día para realizar su servicio santo
y para ofrecer muchas veces los mismos sacrificios,
que nunca pueden eliminar los pecados por completo.
12 Pero este hombre ofreció un solo sacrificio
para siempre por los pecados y se sentó a la derecha de Dios,
13 y desde entonces está esperando
a que se ponga a sus enemigos como banquillo para sus pies.
14 Porque con una sola ofrenda de sacrificio él ha perfeccionado