Esta mengua cultural que se produjo en la Europa medieval, como consecuencia de la pérdida del orden establecido por el imperio romano y a resultas de la desintegración de éste, guarda interesantes similitudes con el embrutecimiento que determinados grupos humanos experimentaron después de la dispersión posbabeliana (otorgando con ello pábulo de veracidad al Génesis, un documento meritorio desde la óptica de algunos relevantes arqueólogos e historiadores). Y, al igual que los jonios de la antigüedad, quienes reaccionaron contra la incoherencia, la superficialidad y el dogmatismo de los conocimientos de su época, así también hubo una reacción álgida por parte de algunos pensadores europeos durante la segunda parte de la Edad Media, dando lugar al denominado Renacimiento, un movimiento de restauración y rescate del modo de pensar de los antiguos artistas, filósofos e investigadores de la Grecia Clásica. E incidentalmente, entre las ideas que fueron desenterradas o re-descubiertas figuraban no pocos elementos intelectuales procedentes de los científicos jonios, quienes, muchos siglos atrás, habitaron las racionalmente productivas islas del Egeo.