Los misericordiosos mandamientos de Jesucristo, muy pocos los quieren guardar con amor, porque mandan NO MATARÁS y tener misericordia con todos... Prefieren a ""Pablo"" que justifica la esclavitud y la Ley de la espada...
""Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. (21:3
Los misericordiosos mandamientos de Jesucristo, muy pocos los quieren guardar con amor, porque mandan NO MATARÁS y tener misericordia con todos... Prefieren a ""Pablo"" que justifica la esclavitud y la Ley de la espada...
No conozco a ninguna esposa que se arregle para su marido, sí para ir a trabajar, sí para ir a comprar o hacer gestiones varias, la realidad és la que és y precisamente a los maridos que nos ven en el baño, en la cama, en la ducha, al despertarnos, que conocen nuestros períodos, nuestras noches sin dormir por los niños ... me parece un símil hasta machista y todo.
Apocalipsis 21:3 nos promete: "¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos".
Jehová residirá con la humanidad por medio de Jesucristo, a quien utilizará para gobernar la Tierra durante los primeros mil años. Concluido ese período, "Jesús entregará el Reino a su Padre" tras haber cumplido el propósito divino para la Tierra. 1 Cor. 15:28.
A partir de ese momento, Jehová gobernará directamente a los seres humanos, que ya serán perfectos. ¡Qué magnífico futuro nos aguarda! Mientras tanto, luchemos por imitar a las generaciones fieles de la antigüedad haciendo de Jehová nuestra verdadera morada.