Hola, compañeros de elforo.com;
Quiero dirigir un atento agradecimiento a todos los lectores y participantes de este hilo; hace apenas 17 días que fue abierto, y al día de hoy ya suma 8 496 visitas. Un promedio de casi 500 visitas diarias, lo que significaría cerca de 15 000 en un mes, y más de 180 000 en un año. A diferencia de otros, además de escribir para mí, porque me leo y releo, también escribo para los demás. Son ustedes la razón de éste y mis otros hilos, ya que, sin tal audiencia, éstos perderían su objetivo, su razón de ser.
He recibido diversos privados, la mayoría invitándome a no caer en provocaciones y a seguir escribiendo. Por supuesto que atenderé a tan amables sugerencias. Me gusta escribir, y lo seguiré haciendo; no por que sea un magnífico escritor, sino por el puro gusto de compartir con todos ustedes.
Si le echamos ganas, podemos cerrar el mes con 20 000 visitas.
Asimismo, yo les aconsejo, queridos compañeros, que no participen más en confrontaciones absurdas. Hemos podido constatar que las últimas controversias en el foro se fundan básicamente en necedades, por lo que no tiene caso seguir alimentándolas.
Ayer recordé, por haber escrito algo al respecto, una entrevista realizada a uno de los líderes del movimiento estudiantil de 1968. Le preguntaron sobre las causas del fracaso del «movimiento popular», y él, atinadamente, respondió:
«...es que ese fue el problema, que no fue 'popular', nos faltó ese factor de 'popularidad'. No logramos contagiar al resto de la población, sólo a algunos sectores minortitarios, no logramos que las mayorías se adhirieran a nuestra causa».
Y así sucede en muchos de los casos. Cuando las demandas de una minoría son impopulares, principalmente por caprichosas, difícilmente llegan a trascender. En México, por ejemplo, actualmente se vive un escenario similar con el magisterio adscrito a la CNTE, quienes llevan años protestando y demandando, a la mala, la derogación de una reforma educativa que cambia, para mejor, las condiciones de la educación pública en el país. Han bloqueado carreteras, vandalizado comercios, secuestrado a disidentes y amenazado con sabotear al país. En un principio, la presidencia optó por echar mano de la fuerza pública para levantar los campamentos y reinstaurar el orden, pero las cosas se salieron de control, incluso hubo enfrentamientos en los que se vieron involucradas armas de fuego y, lamentablemente, se perdieron algunas vidas. Los manifestantes, al perjudicar directamente a la sociedad con sus veleidosas y frívolas exigencias, se convirtieron en el antagonista del escenario, ganando cada día más y más impopularidad, y, como en aquél entonces, en 1968, esa impopularidad les está costando la integridad de su organización, pues, al parecer, están siendo relegados a extinguirse por cuenta propia, en el más recóndito de los archiveros de una oficina con cientos de expedientes mucho más importantes y, sobre todo, urgentes. Y ellos siguen, y siguen, y siguen, como el conejito Energizer, pero su popularidad baja, y baja, y baja, como un piano en caída libre; y es que, una protesta social impopular, está condenada a morir de simple inanición.
Los invito a participar, en este y en otros hilos, a mí me gusta leerlos.
¡Saludos!