Grace Stoen empezó los trámites para recuperar la custodia de su hijo John Victor, que su marido Tim había dicho ante notario, que era hijo de Jim Jones. Los dos lo negaron a partir de entonces. En el reportaje de New West ella no dice nada de su hijo, pero el testimonio de los dos está en el centro del documental evangélico “Engañados” (Deceived), el excelente trabajo que hizo el profesor de comunicación de Fuller, Mel White –antes de “salir del armario” y casarse con otro hombre, tras dejar a su familia y revelar que había sido el “autor fantasma” de libros de predicadores tan conocidos como Billy Graham–. En la película no hablan de su separación, ni la declaración jurada en 1971 de que John Victor fuera hijo de Jones. Tim autoeditó luego sus memorias, siendo fiscal. En ella se presenta como alguien en continua guerra con Jones, aunque fue su principal representante cuando era ayudante de fiscal.

CUSTODIA EN CONFLICTO

Tim Stoen no se alió inmediatamente a la causa de los Familiares Preocupados, pero la demanda de custodia de Grace le dio mucha más publicidad al grupo que el pleito de los Mertle por las casas que decían que el Templo se había apropiado. A su favor, Jones no sólo tenía la declaración jurada de Tim, que decía que él le había pedido al pastor que engendrara a su hijo, para mantener a Grace en el Templo y que ella se negó a abortar, como Jones le pidió. Además, el pastor tenía preparadas acusaciones falsas, por si llegara el caso. Docenas de miembros del Templo estaban dispuestos a testificar que la madre maltrataba a su hijo e incluso abusaba sexualmente de él, así como de otros menores que estaban bajo la custodia de la iglesia.

El mismo día que ella presentó la demanda en San Francisco, solicitó el divorcio de Tim, que Jones presentaba ahora como el enemigo del Templo. Al anular el juez la custodia de Jones del hijo, no sólo podía perderlo, sino permitiría que el Templo se quedara sin muchos de los menores que estaban bajo su tutela. Los adultos se podían ir y todo el proyecto de futuro como sociedad alternativa de Jonestown se haría pedazos. Al no presentarse ante el juez, el abogado de Grace, Haas, lleva el caso ante la justicia de Guyana. La noche antes de ir el abogado con el funcionario del juzgado a Jonestown, Jones se pone nervioso y escenifica otro de sus atentados. Le pide a su hijo Jimmy que dispare su rifle en la cabaña, para que crean que les están invadiendo y han intentado asesinarle.

Maria Katsaris recibe a la comisión y les dice que el pastor está ausente. Asegura que no sabe cuándo vendrá. Mientras Jones manda un mensaje por radio a la oficina del Templo en la capital, para que contacten con el primer ministro, Reid, pero él también está ausente, precisamente en Estados Unidos. En la mente paranoica de Jones, la demanda de presentarse ante el juez Bishop en Guyana no es casualidad que coincida con la visita de Reid a Estados Unidos. Teme que hay una conspiración contra él, que une a los gobiernos de los dos países. Su reacción de alarma es anunciar a todos por los altavoces, que van a ser atacados. La amenaza viene, según él, al unirse un grupo de mercenarios a tropas de Guyana, dirigidos por Tim Stoen, para llevarse a los niños del Templo. Pone a dos docenas de hombres armados en la entrada y pide a su hijo Jimmy que lleve con otro adolescente, los lingotes de oro –que constituyen el tesoro del Templo, fuera de las cuentas en bancos extranjeros– a la jungla, para llevarlo a la embajada soviética –que será su lugar de refugio–.