El crimen de las hermanas Vázquez

Juan Carlos Vázquez (50) fue asesinado por más de cien puñaladas de un cuchillo Tramontina mientras se encontraba de pie. Su cuerpo fue encontrado desnudo y ensangrentado. A su lado estaban sus dos hijas también desnudas y cubiertas de salpicaduras de la sangre de su padre. Este había sido apuñalado en el torso y cuello en una especie de ritual. El perito de la causa dijo que se trataba de un caso de psicosis.


Una noche de marzo de 2000, los vecinos de la familia Vázquez, en el barrio de Saavedra, escucharon ruidos y gritos extraños. A la mañana siguiente hicieron la denuncia y casi de inmediato la policía entró a la casa donde convivían Juan Carlos con sus hijas Silvia (21) y Gabriela (28). La escena fue impactante: las hermanas desnudas y el padre muerto con el torso destrozado y parte del rostro comido. En el lugar había folletos que describía un ritual de "purificación", que terminó en un parricidio.


Un forense de la causa dijo que se trató de folie á deux (locura de a dos) que incluyó al padre como tercer actor. Silvina fue la que lo apuñaló ante la mirada atónita de Gabriela. Era psicótica y se había aliado con su hermana, una neurótica profunda. Según los datos de la investigación, Silvina había tomado cursos de esoterismo y había incursionado en ritos de purificación y eso era lo que habría querido hacer con su padre. Se especuló con una posible relación incestuosa.


Tras ser detenidas Gabriela declaró: "Mi hermana se volvió loca. Eso pasó. Bajé y Silvina estaba pa pa pa con mi viejo. Y tuve un shock (...) Quedé paralizada. Y él ni gritó. Eso es lo peor de todo. Que lo perdí a mi papá que era un pan de Dios, buenísimo, se desvivía por nosotras".


Los policías dijeron que la escena era horrorosa y que entre cinco hombres no lograban detener a Silvina mientras se movía y hablaba con una voz grave que no parecía la suya.


Las hermanas fueron declaradas inimputables porque Silvina presentaba un trastorno esquizofrénico y Gabriela padecía un trastorno esquizofreniforme. Ambas fueron consideradas dementes en sentido jurídico.