“El que no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él graciosamente todas las cosas?”
(Romanos 8:32 - Biblia de Jerusalén).

¿Pero, de qué está hablando este gilipollas, si por el hecho de comerse una manzana, exige como pago la muerte de su hijo?

Los mayores estafadores judíos nunca pudieron igualar el sobrecoste de una operación. El dios del amor.