Versículos de la Carta 1 de Pedro Manipulada al Servicio de Gobernantes y Ricos

[KIMO]

Buenas Kimo,

Jesús no fue mas allá. No MIENTAS. Jesús contradijo rotundamente esas leyes que nunca fueron de Dios ya que las pusieron los hombres porque les convenía justificarse de sus actos.

Cuando una ley te dice que aborrezcas a tu enemigo y otra ley dice que ames a tu enemigo no es ir más allá. Es contradecirlo rotundamente.

Cuando una ley te dice que hagas ojo por ojo y otra ley dice que no hagas ojo por ojo bajo ningún concepto no es ir más allá. Es contradecirlo rotundamente.

No tergiverses que te gusta mucho tergiversar.

?Así es Jesús fue mas allá que lo que decía la ley
la ley ama a tu prójimo y odia a tu enemigo

Jesus manda a no solo amar a tu prójimo, si no orar por tus enemigos
La ley decía que no bedes cometer adulterio
Jesús fuer mas allá, con solo mirarla, antes de que se cometa el acto
es pecado en el corazón, los actos malos
empiezan en el corazón
si la sigues mirando
cometieras el acto

Si paras de mirar con deseo
es mejor, no cometes el acto
Jesús fue mas alla de lo que decía
la ley, Jesús vino a cumplir la ley de Jehova

[Ju@njo]

?Así es Jesús fue mas allá que lo que decía la ley
la ley ama a tu prójimo y odia a tu enemigo

Buenas Kimo,

Te vuelvo a repetir que decir que fue más allá está mal dicho.

Jesús contradijo rotundamente esas leyes que nunca fueron de Dios.


Cuando una ley te dice que hagas ojo por ojo y otra ley dice que no hagas ojo por ojo bajo ningún concepto no es ir más allá. Es contradecirlo rotundamente.

Ir más allá es aceptar lo que hay y mejorarlo. Jesucristo no aceptaba las leyes injustas antiguas y por eso LAS CONTRADIJO.

[KIMO]

Buenas Kimo,

Te vuelvo a repetir que decir que fue más allá está mal dicho.

Jesús contradijo rotundamente esas leyes que nunca fueron de Dios.


Cuando una ley te dice que hagas ojo por ojo y otra ley dice que no hagas ojo por ojo bajo ningún concepto no es ir más allá. Es contradecirlo rotundamente.

Ir más allá es aceptar lo que hay y mejorarlo. Jesucristo no aceptaba las leyes injustas antiguas y por eso LAS CONTRADIJO.

mandamiento divino:
“No debes tomar venganza ni tener rencor contra los hijos de tu pueblo” (Levítico 19:18)

Éxodo 21:22 presenta una situación en la que dos hombres
están peleando y uno de ellos golpea a una mujer embarazada y le provoca el parto.




Si la madre y el bebé sobrevivían, al esposo no se le permitía desquitarse.
Más bien, al culpable tenía que “imponérsele el pago de daños conforme
a lo que le [impusiera] el dueño de la mujer;
y él [tenía] que darlo por medio de los jueces”.
Es decir, los jueces harían que el hombre pagara una multa al esposo.
Si la mujer o el niño morían,
entonces los jueces se encargarían de que se ejecutara al responsable.


En este caso era el tribunal y no la víctima
el que aplicaba la regla de “alma por alma, ojo por ojo, diente por diente” (Éxodo 21:23, 24).

Esta regla les recordaba a los jueces que el castigo no debía ser ni demasiado blando ni excesivo.
El biblista Richard Elliott Friedman declaró:
“Al parecer, el principio básico era que el castigo debía corresponder a la gravedad del delito y no superarlo”.


Entonces, ¿de dónde salió la idea de que la Ley de Dios permitía la venganza?
Son interesantes las palabras de Jesús que leemos en Mateo 5:38, 39:
“Oyeron ustedes que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Sin embargo, yo les digo:
No resistan al que es inicuo; antes bien, al que te dé una bofetada en la mejilla derecha,
vuélvele también la otra”.

Parece que algunos maestros religiosos de los días de Jesús habían incluido la llamada ley del talión,
o del ojo por ojo, en su tradición oral.
Y así autorizaron la venganza personal.
En cambio, Jesús mostró con claridad que estas enseñanzas
no se basaban en la Ley que Dios les dio a los israelitas.


cuando Jesús citó de la Escrituras Hebreas dijo:
“Está escrito”. (Mateo 4:4, 7, 10.)

Pero en seis ocasiones durante el Sermón del Monte
introdujo declaraciones que aparentemente procedían
de las Escrituras Hebreas mediante las palabras: “Se dijo”. (Mateo 5:21, 27, 31, 33, 38, 43.)
¿Por qué? Porque se estaba refiriendo a las Escrituras según interpretadas
a la luz de las tradiciones farisaicas
que contradecían los mandamientos de Dios. (Deuteronomio 4:2; Mateo 15:3.)

Esto es patente por la sexta y última referencia que hizo Jesús en esta serie de declaraciones:
“Oyeron ustedes que se dijo: ‘Tienes que amar a tu prójimo y odiar a tu enemigo’”.
Pero ninguna de las leyes de Moisés decía:
‘Odia a tu enemigo’.

Los escribas y fariseos lo decían.
Así interpretaban ellos la Ley de amar a su prójimo...
a su prójimo judío, y a nadie más.

[misericordia]

Entonces, ¿de dónde salió la idea de que la Ley de Dios permitía la venganza?
Son interesantes las palabras de Jesús que leemos en Mateo 5:38, 39:
“Oyeron ustedes que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Sin embargo, yo les digo:
No resistan al que es inicuo; antes bien, al que te dé una bofetada en la mejilla derecha,
vuélvele también la otra”.

Parece que algunos maestros religiosos de los días de Jesús habían incluido la llamada ley del talión,
o del ojo por ojo, en su tradición oral.

El ojo por ojo y diente por diente no era una tradición oral, porque el ojo por ojo era una ley que estaba escrita en el viejo testamento judío, y Jesucristo la abolió porque no era verdadera ley de Dios, sino preceptos de hombres, pues Jesucristo no había venido abolir la Ley de Dios. Todo lo que Jesucristo abolió del viejo testamento, no era ley de Dios sino preceptos de hombres.

[Ju@njo]

mandamiento divino:
Pero ninguna de las leyes de Moisés decía:
‘Odia a tu enemigo’.

NO MIENTAS KIMO,

En muchas partes del antiguo testamento aparece el odio contra los enemigos constantemente, enseñanzas que nunca fueron de Dios y que Jesucristo contradice rotundamente en el Evangelio.

El Evangelio contradice a las enseñanzas de odio del antiguo testamento como las siguientes:


"¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, Y me enardezco contra tus enemigos?
Los aborrezco por completo; Los tengo por enemigos." Salmos 139, 21-22


"Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada delante de vosotros." Levítico 26, 7-8


"vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos;" Deuteronomio 20, 3

¿A quién intentas engañar KIMO?. Ahora va a resultar que no hay odio hacia los enemigos en el antiguo testamento....

Sí que hay mucho odio hacia los enemigos y Jesucristo vino a enseñarnos en su EVANGELIO que todas esas enseñanzas nunca fueron de Dios como en el siguiente ejemplo del Evangelio:

"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;" Mateo 5, 43-44

[Ju@njo]

NO MIENTAS KIMO,

En muchas partes del antiguo testamento aparece el odio contra los enemigos constantemente, enseñanzas que nunca fueron de Dios y que Jesucristo contradice rotundamente en el Evangelio.

El Evangelio contradice a las enseñanzas de odio del antiguo testamento como las siguientes:


"¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, Y me enardezco contra tus enemigos?
Los aborrezco por completo; Los tengo por enemigos." Salmos 139, 21-22


"Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada delante de vosotros." Levítico 26, 7-8


"vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos;" Deuteronomio 20, 3

¿A quién intentas engañar KIMO?. Ahora va a resultar que no hay odio hacia los enemigos en el antiguo testamento....

Sí que hay mucho odio hacia los enemigos y Jesucristo vino a enseñarnos en su EVANGELIO que todas esas enseñanzas nunca fueron de Dios como en el siguiente ejemplo del Evangelio:

"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;" Mateo 5, 43-44

NO MIENTAS KIMO,

Yo siempre te he hablado del antiguo testamento, eso de las leyes de moisés te lo has sacado tu porque te conviene.

Además tu también has puesto citas del levítico y del deuteronomio, exactamente igual que yo.

Opina y cita sobre lo que he dicho del antiguo testamento, no sobre tu cita, a tu cita ya la he respondido.

[KIMO]

NO MIENTAS KIMO,

Yo siempre te he hablado del antiguo testamento, eso de las leyes de moisés te lo has sacado tu porque te conviene.

Además tu también has puesto citas del levítico y del deuteronomio, exactamente igual que yo.

Opina y cita sobre lo que he dicho del antiguo testamento, no sobre tu cita, a tu cita ya la he respondido.

Los adoradores de Jehova siempre odian lo malo
(2 Crónicas 19:2) Jehú hijo de Hananí, el hombre de visiones, salió al encuentro del rey Jehosafat y le dijo:
“¿Crees que está bien que ayudes a los malos y ames a los que odian a Jehová? Por eso Jehová está indignado contigo.
(2 Corintios 6:14) No se pongan bajo un yugo desigual con los no creyentes. Porque ¿qué relación tienen la justicia y la maldad?
¿O qué tienen en común la luz y la oscuridad?

(Salmo 101:3) No pondré delante de mis ojos nada despreciable.
Odio las acciones de quienes se desvían de lo que es correcto; no quiero tener nada que ver con ellos.

La verdadera lealtad a Jehová impulsa a sus siervos a odiar lo que Él odia y a quien Él odia.

Pero este odio no procura causar daño a otros
y no es sinónimo de rencor o malevolencia.
Más bien, expresa un total aborrecimiento de lo que es inicuo,
y evita lo que es malo y a los que odian intensamente a Jehová



La Biblia nos insta: “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo”. (Salmo 97:10.)

¿deben odiar los cristianos a los que adoptan tales conductas?
Las palabras del salmista en el Salmo 139:21, 22 ayudan a responder a esta pregunta:
“¿No odio yo a los que te odian intensamente, oh Jehová,
y no me dan asco los que se sublevan contra ti? De veras los odio con un odio completo.
Han llegado a ser para mí verdaderos enemigos”. La lealtad a Jehová y a sus principios debería producir
en nosotros una fuerte aversión hacia los que se sublevan deliberadamente contra Jehová
y se declaran enemigos de él. Satanás y los demonios figuran entre tales enemigos acérrimos de Dios.

Algunos seres humanos probablemente entran también en esta categoría. No obstante,
al cristiano puede resultarle muy difícil identificar a tales personas por las apariencias.

Nosotros no podemos leer los corazones. (Jeremías 17:9, 10.)

Sería incorrecto suponer que alguien es un enemigo incorregible de Dios porque esté practicando algo malo.
En muchos casos los pecadores desconocen las normas de Dios.
Por consiguiente, en líneas generales, los cristianos no se precipitan a odiar a sus semejantes.
Aun cuando detesten profundamente ciertos estilos de vida,
no tratan de infligir daño a otras personas ni les abrigan rencor.
Más bien, la Biblia aconseja a los cristianos que “sean pacíficos con todos los hombres”. (Romanos 12:9, 17-19.)

[Ju@njo]

La verdadera lealtad a Jehová impulsa a sus siervos a odiar lo que Él odia y a quien Él odia.

Pero este odio no procura causar daño a otros
y no es sinónimo de rencor o malevolencia.

Buenas Kimo,

¿Tu te escuchas? ¿Como que ese odio no procura causar daño a otros?

¿Has leído lo que te puse en las citas anteriores donde supuestamente Dios dice que perseguirán a sus enemigos y caerán a espada y que se junten en batalla para hacer la guerra y que no se desalienten incitando a hacer la guerra?

Te pongo los versículos otra vez porque creo que no los has leído.


"Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada delante de vosotros." Levítico 26, 7-8

"vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos;" Deuteronomio 20, 3


¿A quién intentas engañar KIMO?.

Sí que hay mucho odio, rencor y malevolencia hacia los enemigos en el viejo testamento y Jesucristo vino a enseñarnos en su EVANGELIO que todas esas enseñanzas NUNCA fueron de Dios como en el siguiente ejemplo del Evangelio:


"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;" Mateo 5, 43-44

[KIMO]

Los adoradores de Jehova siempre odian lo malo
(2 Crónicas 19:2) Jehú hijo de Hananí, el hombre de visiones, salió al encuentro del rey Jehosafat y le dijo:
“¿Crees que está bien que ayudes a los malos y ames a los que odian a Jehová? Por eso Jehová está indignado contigo.
(2 Corintios 6:14) No se pongan bajo un yugo desigual con los no creyentes. Porque ¿qué relación tienen la justicia y la maldad?
¿O qué tienen en común la luz y la oscuridad?

(Salmo 101:3) No pondré delante de mis ojos nada despreciable.
Odio las acciones de quienes se desvían de lo que es correcto; no quiero tener nada que ver con ellos.

La verdadera lealtad a Jehová impulsa a sus siervos a odiar lo que Él odia y a quien Él odia.

Pero este odio no procura causar daño a otros
y no es sinónimo de rencor o malevolencia.
Más bien, expresa un total aborrecimiento de lo que es inicuo,
y evita lo que es malo y a los que odian intensamente a Jehová



La Biblia nos insta: “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo”. (Salmo 97:10.)

¿deben odiar los cristianos a los que adoptan tales conductas?
Las palabras del salmista en el Salmo 139:21, 22 ayudan a responder a esta pregunta:
“¿No odio yo a los que te odian intensamente, oh Jehová,
y no me dan asco los que se sublevan contra ti? De veras los odio con un odio completo.
Han llegado a ser para mí verdaderos enemigos”. La lealtad a Jehová y a sus principios debería producir
en nosotros una fuerte aversión hacia los que se sublevan deliberadamente contra Jehová
y se declaran enemigos de él. Satanás y los demonios figuran entre tales enemigos acérrimos de Dios.

Algunos seres humanos probablemente entran también en esta categoría. No obstante,
al cristiano puede resultarle muy difícil identificar a tales personas por las apariencias.

Nosotros no podemos leer los corazones. (Jeremías 17:9, 10.)

Sería incorrecto suponer que alguien es un enemigo incorregible de Dios porque esté practicando algo malo.
En muchos casos los pecadores desconocen las normas de Dios.
Por consiguiente, en líneas generales, los cristianos no se precipitan a odiar a sus semejantes.
Aun cuando detesten profundamente ciertos estilos de vida,
no tratan de infligir daño a otras personas ni les abrigan rencor.
Más bien, la Biblia aconseja a los cristianos que “sean pacíficos con todos los hombres”. (Romanos 12:9, 17-19.)

La verdadera lealtad a Jehová impulsa a sus siervos a odiar lo que Él odia y a quien Él odia. (2Cr 19:2.)
“¿No odio yo a los que te odian intensamente, oh Jehová, y no me dan asco los que se sublevan contra ti?
De veras los odio con un odio completo. Han llegado a ser para mí verdaderos enemigos.” (Sl 139:21, 22.)

Pero este odio no procura causar daño a otros y no es sinónimo de rencor o malevolencia. Más bien,
expresa un total aborrecimiento de lo que es inicuo, y evita lo que es malo y a los que odian intensamente a Jehová. (Ro 12:9, 17, 19.)
Los cristianos con razón odian a los enemigos declarados de Dios, como el Diablo y sus demonios,
así como a los hombres que de manera consciente y deliberada toman su posición contra Jehová.