Iniciado por
Eli_yahu
Los evangelistas narraron los hechos años después de haber ocurrido. Es obvio que en su narración hay diferentes perspectivas: la de un suceso ocurriendo o la de un suceso que ya ocurrió hace años. Si una persona busca defectos en algún escrito siempre los encontrará; generalmente es que el que está buscando defectos es sencillamente un envidioso.
Es obvio que cuando se narra un suceso como la resurrección de Jesucristo desde el punto de vista de sus propias enseñanza en vida, años después de que ya murió y resucitó y subió a los cielos, la perspectiva primera es Jesús anunciando su resurrección, la segunda es que los apóstoles no le pusieron mucha atención a esa idea o no la comprendieron del todo, y luego, por supuesto, se dan cuenta cuando las cosas ocurrieron. Entonces viene la perspectiva del que oyó, no entendió, vió realizarse y luego se dió cuenta y nos lo contó todo.
Luc. 18:31 Entonces se llevó aparte a los Doce y les dijo: “Miren, estamos subiendo a Jerusalén, y todo lo que se escribió por medio de los profetas acerca del Hijo del Hombre se cumplirá. 32 Por ejemplo, lo entregarán a hombres de las naciones, se burlarán de él, lo insultarán y le escupirán. 33 Y, después de darle latigazos, lo matarán, pero al tercer día resucitará”. 34 Pero ellos no comprendieron lo que significaba todo esto, porque el sentido de estas palabras se les había ocultado, y no entendían lo que se había dicho.
Mira el relato, especialmente los versículos 6-8,25,26, 31 y 32:
Luc. 24:1 El primer día de la semana, las mujeres fueron muy temprano a la tumba. Llevaban las especias aromáticas que habían preparado. 2 Pero vieron que habían hecho rodar la piedra de la tumba, 3 y al entrar no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. 4 Las mujeres todavía estaban desconcertadas por esto, cuando, de repente, aparecieron a su lado dos hombres con ropa brillante. 5 Ellas se asustaron y se quedaron mirando al suelo. Así que los hombres les dijeron: “¿Por qué andan buscando entre los muertos al que está vivo? 6 No está aquí: ha sido resucitado. Recuerden lo que les dijo mientras todavía estaba en Galilea. 7 Les dijo que el Hijo del Hombre tenía que ser entregado a pecadores y ser ejecutado en el madero, pero que al tercer día tenía que resucitar”. 8 Ahí ellas se acordaron de sus palabras. 9 Entonces regresaron de la tumba y les contaron todo esto a los Once y a todos los demás. 10 Eran María Magdalena, Juana y María la madre de Santiago. También las otras mujeres que estaban con ellas les contaban estas cosas a los apóstoles. 11 Sin embargo, a ellos les parecía que sus palabras eran tonterías, y no les creyeron.
12 Pero Pedro se levantó y corrió a la tumba y, al agacharse para mirar adentro, solo vio los paños de lino. Así que se fue preguntándose qué era lo que había pasado.
13 Y resulta que, ese mismo día, dos de los discípulos iban caminando a una aldea llamada Emaús, que está a unos 11 kilómetros de Jerusalén. 14 Conversaban entre ellos sobre todo esto que había sucedido.
15 Mientras iban conversando y comentando estas cosas, Jesús mismo se acercó y se puso a caminar con ellos, 16 pero se impidió que sus ojos pudieran reconocerlo. 17 Él les preguntó: “¿Sobre qué van debatiendo por el camino?”. Ellos se detuvieron con la tristeza reflejada en el rostro. 18 Y el que se llamaba Cleopas le respondió: “¿Es que eres un extranjero que vives solo en Jerusalén y por eso no te has enterado de las cosas que han pasado allí estos días?”. 19 “¿Qué cosas?”, les preguntó él. Ellos le contestaron: “Lo que pasó con Jesús el Nazareno, quien delante de Dios y de toda la gente demostró ser un profeta poderoso en acciones y palabras. 20 Nuestros sacerdotes principales y gobernantes lo entregaron para que fuera condenado a muerte y lo clavaron al madero. 21 Pero nosotros esperábamos que sería él quien liberaría a Israel. Además de todo esto, ya es el tercer día desde que pasaron estas cosas. 22 Por otra parte, algunas mujeres de entre nosotros también nos dejaron asombrados. Es que fueron a la tumba muy temprano 23 y, al no encontrar su cuerpo, vinieron diciendo que habían tenido una visión sobrenatural de unos ángeles, que decían que él está vivo. 24 Entonces algunos de los que estaban con nosotros fueron a la tumba y encontraron todo tal como las mujeres habían dicho. Pero a Jesús no lo vieron”.
25 Y él les dijo: “¡Qué insensatos son y qué lentos para creer todas las cosas que dijeron los profetas! 26 ¿Acaso el Cristo no tenía que sufrir estas cosas y entrar en su gloria?”. 27 Y, empezando por Moisés y todos los Profetas, les explicó cosas que se decían de él en todas las Escrituras.
28 Por fin se acercaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que viajaba más lejos. 29 Pero ellos le insistieron en que se quedara. Le decían: “Quédate con nosotros, que es casi de noche y el día ya está a punto de terminar”. De modo que él entró para quedarse con ellos. 30 Cuando estaba cenando con ellos, tomó el pan, hizo una oración, lo partió y empezó a dárselo. 31 Entonces a ellos se les abrieron los ojos por completo y lo reconocieron; pero él desapareció de su presencia. 32 Y se dijeron el uno al otro: “¿Acaso no nos ardía dentro el corazón cuando él venía hablándonos por el camino, cuando nos explicaba claramente las Escrituras?”. 33 En ese mismo momento se levantaron y volvieron a Jerusalén, donde vieron a los Once y a los que estaban reunidos con ellos, 34 que decían: “¡Es un hecho que el Señor fue resucitado y se le apareció a Simón!”. 35 Entonces ellos contaron lo que había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido cuando partió el pan.