Si. Es el encaje de bolillos que hacen los cristianos, rebuscando entre las Escrituras, intentado encontrar versículos que puedan acoplarlos a Jesús.
Ahí Dios no habla de un hijo; habla de un siervo:
“Oigan esto: Mi Siervo prosperará,
Será enaltecido, levantado y en gran manera exaltado.”
(Isaías 52:13)