No se en qué mundo viven los creyentes que afirman que las epidemias, pandemias, terremotos, y toda clase de desastres que sufre la humanidad, son castigos enviados por Dios por nuestros pecados.

Basta usar un poco la razón, para advertir que esta creencia está fuera de toda lógica.
Ignoro la proporción que existe entre ricos y pobres, pero pienso que por cada rico hay diez pobres.
En el supuesto que estos desastres alcanzaran por igual a unos y a otros, Dios castigaba a 10 pobres para castigar a un rico.

Pero esto no es así, ya que estos “castigos celestiales” se ceban especialmente con los pobres.
Tomemos por ejemplo el coronavirus: En España, además de los muertos que se producirán, un gran número de obreros, que solamente tienen para subsistir su trabajo, se quedarán sin él. Y posiblemente, en el mundo sucederá lo mismo.

Tomemos por ejemplo un gran terremoto. Las casas de los barrios pobres, todas se vienen abajo. Las casas de los ricos, permanecen en pié.
Recuerdo una noticia que leí hace años, cuando hubo un gran terremoto en Perú:
“Se hunde el tejado de una iglesia, y perecen todos los fieles que estaban dentro rezando”.

Vivimos en la Tierra, planeta que está expuesto a numerosos peligros, aún antes de que estuviera el ser humano sobre él. Incluso ha pasado por diferentes cataclismos.
Han existido épocas que el ser humano ha sido más perverso que lo somos hoy día.
Nunca a la persona se le ha reconocido tantos derechos como en la actualidad..

Por otra parte, es lógico que los que llevan 2000 años de frustración, esperando que se cumpla una venida que, según el que tenía que venir, era inminente; se apunten gratuitamente estos males actuales, como señales inequívocas de que esta ésta próxima.