Y para que queremos las cerezas podridas... Las enseñanzas y mandamientos de Jesucristo son todos misericordiosos, y lo que Dios quiere es la misericordia:
"Si hubierais comprendido qué quiere decir: "Misericordia quiero, y no sacrificios", no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7)