Entre los muchos pasajes del NT que demuestran que los cristianos originales reconocían al Dios de Abrahán como su propio Dios, encontramos uno que es esclarecedor. Noten:

Hech.3:13 El Dios de Abrahán y de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha glorificado a su Siervo, Jesús, a quien ustedes, por su parte, entregaron y repudiaron ante el rostro de Pilato, cuando él había decidido ponerlo en libertad.

En estas palabras habladas por Pedro antes de que fuera detenido en la ocasión que menciono en el comentario anterior, este apóstol reconoce abiertamente que Jesús es el Siervo del Dios de Abrahán y de Isaac y de Jacob, tal como también expresan en la oración a Dios que hacen posteriormente y menciono antes. También Pedro reconoce que Jehová, el Dios de Abrahán, es quien glorifica a Jesús.

Estas palabras fueron dirigidas a los judíos. Ellos no querían reconocer a Jesús como el Mesías o Ungido de Jehová ... pero los cristianos originales (como podemos ver) SÍ lo hicieron, y demostraron que el Dios que Jesús estaba mostrando y del que hablaba como su Padre y Dios, era el mismo Dios que los judíos adoraban y que los cristianos también reconocían como Dios.

Jesús lo confirma en sus palabras que cito antes:

Juan 8:54 Jesús contestó: “Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria no es nada. Es mi Padre quien me glorifica, el que ustedes dicen que es su Dios; 55 y sin embargo ustedes no lo han conocido. Pero yo lo conozco. Y si dijera que no lo conozco sería como ustedes, mentiroso. Pero sí lo conozco, y observo su palabra.