Ulsr:
No concuerdo con su postura. Veamos las razones:
"Las tinieblas que estaban sobre la faz del abismo (Génesis 1:2)" no se refieren en ningún momento a un lugar reservado para demonios, si considera que la criatura que posteriormente se convertiría a sí mismo en "Satanás (resistidor, en este caso, a la Soberanía Divina)" y "Diablo (calumniador, de Jehová, principalmente)" cuando se rebeló en Edén para incitar a Adán y Eva a pecar, todavía ejercía su "ir y venir (por exponerlo de alguna manera)" tanto en el cielo como en la tierra. Textos bíblicos que confirman ésto serían su presencia delante de Jehová en los cielos (Job 1:6 y 2:1).
Ahora bien, ¿sabía usted que todo lo expuesto en Revelación no es otra cosa más que "una visión" de sucesos futuros? Entre otras cosas, el "abismo" de Revelación 20:1-3 está reservado para Satanás y sus huestes demoníacas, puesto que todos ellos encabezan la adversidad que reina en la Tierra: en efecto, Jesucristo nunca dudó que el Diablo fuese el "amo de los reinos del mundo (Mateo 4:8-10)". Este "abismo y tinieblas" aún no existía para cuando el discípulo Juan, portador de esta revelación, escribió este libro bíblico: aún era un suceso distante, completamente diferente al de Génesis 1:2.
Finalmente, la "muerte segunda" implica la "no resurrección" de criaturas impías e irreformables, después de haber sido arrojadas al abismo: una consecuencia del primer hecho, tal como expuse.