La paz imposible y la derrota



Mientras tanto, fueron naciendo sus hijos. Otón tenía ya cinco años; venían luego Adelaida, Roberto y el pequeño Felíx, a punto de cumplirun año. Vivían en Laxemburg, desde donde Carlos iba todos los días a Baden, para despachar con los militares y recibir las últimas noticias del frente.

Sus tentativas de paz comenzaron cuando los Imperios Centrales conseguían sus mejores logros militares. Le movía fundamentalmente, en palabras de su hijo Otto, su conciencia de cristiano. Habló con el ministro de Asuntos Exteriores y le hizo ver que “no se podía seguir sin hacer un plan de paz”. Ese plan no estaba supeditado a la victoria o la derrota: “esnecesario en ambos casos establecer un programa con cada uno de los diversos aliados”.

Aunque concluyera diciendo: “Ni puedo ni quiero ser pesimista”, y fuera menos experimentado que los viejos jefes militares, se demostró que era más lúcido que ellos y comprendía que la victoria soñada era pura quimera. Eso le llevó a buscar un punto de contacto con los aliados que pudiera ser el comienzo de unas conversaciones de paz

Desgraciadamente, dentro de los aliados habían cobrado una especial fuerza política los radicales franceses, profundamente laicistas, que deseaban crear una Europa de repúblicas cortadas por un mismo patrón ideológico. Para ellos el imperio de Austria-Hungría, monárquico y católico, era la bete noire que había que aniquilar. Éste era, según Fétjö el gran objetivo de los republicanos radicales, que crearon el falso cliché de una Austria-Hungría clericalona y opresiva.




En agosto de 1917 Carlos se dirigió al frente de Isonzo, donde acababa de terminar una nueva batalla. Schuhmann, el fotógrafo de palacio, le siguió al verle avanzar entre los cadáveres. La mayoría estaban carbonizados. Carlos, conocido por su autocontrol, su sangre fría y su serenidad en medio de los combates, comenzó a llorar ante aquella carnicería.

-- No hay hombre capaz de responder de esto delante de Dios. – dijo con voz dolorida- . Yo lo haré y cuanto antes.