Vaya….. en cuestión de reliquias históricas, creo que vamos ganando a Italia, jejeje. Ellos tienen el Santo Sudario de Turín, que vale por el resto de reliquias…, pero aquí (en España) tenemos unas cuantas también de primera magnitud…, y ahora, con el mantel de la Última Cena, ya tenemos otra a añadir a las que ya estaban en la Piel de Toro:

- El trozo más grande del mundo de madera del Lignum Crucis, en el Santuario de Santo Toribio de Liébana, cerca de Potes, cerca de los Picos de Europa (un paraje idílico. Merece la pena una visita gastronómica-cultural-religiosa-paisajística).






- El cáliz de la Última Cena…, que, se pensaba que era el que se custodia en la Catedral de Valencia…, pero en este último mes se ha descubierto que podría ser otro cáliz que se guarda en León… Pero, que no se desanimen los valencianos, porque el que está allí también tiene origen apostólico: Sería el cáliz que utilizaba San Pedro… Lo han rebajado un escalón…


El de Valencia, que se pensaba que era el verdadero cáliz.... (y en estos casos, no todos los investigadores piensan unánimamente...), y que se ha quedado en "el cáliz de San Pedro"... o no.


El cáliz de León (el cáliz de Doña Urraca), el auténtico Santo Grial... para algunos.

Tanto el cáliz de Valencia como el de León, tienen añadidos medievales, pero en la forma básica, son de piedra, ya que los cálices judíos tenían que ser de piedra o cristal, no de madera, como se “equivoca” Indiana Jones cuando lo intenta buscar en su película, jojojo



- El Santo Sudario de Oviedo, demostrado que tiene la misma sangre que la Sábana Santa de Turín, y que sería el pañolón que relata Juan en su Evangelio que figuraba al lado de la sábana cuando Jesús resucitó. Queda registrado el inventario donde figura el pañuelo de Oviedo, varios siglos antes de la (fallida) datación por carbono 14 de la sábana de Turín.




Y, ahora, el mantel de la Última Cena…

Aclaro de antemano, que las reliquias (serias, en este caso) tienen un valor cultural y sentimental. No es obligatorio creer en su veracidad…, aunque, si no se desmiente esa veracidad, el valor sentimental y religioso sigue siendo notable. Yo llegué a emocionarme cuando en una misa en Santo Toribio de Liébana toqué con mis labios el Lignum Crucis. Cierto que sigo igual de bobo y con mis mismas taras. Ni me ha tocado la lotería y sigo siendo mediocre… O sea, que conmigo no hizo muchos milagros, jojojo Pero emociona encontrarte ante un objeto valioso, de muchos siglos y…. si es cierto, presente y parte activa de la vida de Jesucristo.