Mariano, ¿sabes que hemos enterrado a mi suegra?
¿Sí? ¿De qué ha muerto?
En realidad sólo tuvo un desmayo, pero como ya habíamos hecho las esquelas y todo, decidimos enterrarla.
Y hay que enterrarla boca abajo... Por si acaso se despierta y escarba... que se hunda más...
(Qué malos que somos! Y yo no tengo suegra...)
«Thou wilt keep him in perfect peace, whose mind is stayed on thee: because he trusteth in thee». – Isaiah 26:3