Ningún rico entrará en el reino de los cielos siendo rico. Pues para tener la vida eterna, hay que guardar los mandamientos. Entre ellos el reparto de los bienes abandonar la codicia.
ja ja, no tienes caso, Roberto. La envidia te consume.
Recuerda que para entrar al cielo deberás desprenderte de tu casa, cosa que no deseas hacer, porque la tienes de herencia para tu hijo.
Pobrecito. Tanto que t has esforzado en decirle a todos que deben venderlo todo, pero tú te acobardas.
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Ningún rico entrará en el reino de los cielos siendo rico. .
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Pobre Jose de Arimatea, pobre Nicodemo... pobre David, pobre Salomon.... pobre de ellos...
¿Acaso se llevaron al cielo sus riquezas con ellos?...Cita:
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Pobre Jose de Arimatea, pobre Nicodemo... pobre David, pobre Salomon.... pobre de ellos...
Exactamente
no nos debemos preocupar en demacia
por lo material.
Algunos siervos fieles de Dios de tiempos bíblicos disfrutaban de riqueza y gloria.
Abrahán, por ejemplo, “tenía gran cantidad de manadas y plata y oro” (Génesis 13:2).
A Job se le conocía como “el más grande de todos los orientales”
por el abundante número de siervos y ganado que poseía (Job 1:3).
Los reyes de Israel, como David y Salomón, llegaron a acumular un gran patrimonio (1 Crónicas 29:1-5; 2 Crónicas 1:11, 12; Eclesiastés 2:4-9).
Eso es consuelo de pobres, aceptación de ser pobre, esperanza para los pobres.
Y para que los pobres estén motivados con la promesa de una vida mejor que la terrenal.
Pero los pobres murieron pobres, los ricos vivieron y murieron ricos ... y todo sigue igual, ninguno se levantó, ni el rico, ni el pobre.