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María_Laura3
La Palabra de Dios es la Palabra del Evangelio.
Así que lo que no aceptamos es lo que Jesús no aceptó. Jesús anuló los mandatos del Antiguo Testamento que ordenaban a los hombres hacer daño y matar a las personas, y Jesús los anuló porque no eran en verdad mandatos de Dios sino de hombres, pues Jesús no vino a anular los mandamientos que en verdad fueron dados por Dios. Jesús nos enseñó los mandamientos que en verdad había dado Dios desde siempre y para siempre.
Las enseñanzas del Evangelio son las que te enseñan lo que son verdaderos mandamientos de Dios y lo que solamente son mandatos de hombres, porque los mandamientos que en verdad fueron dados por Dios, son los mandamientos que enseña el Evangelio, entonces, todos los mandatos que sean contrarios a los mandamientos del Evangelio, no son verdaderos mandamientos de Dios. Es así de sencillo.
Para saber si un mandamiento es verdaderamente un mandamiento de Dios, debes confrontarlo con lo que enseña el Evangelio. Y si no contradice al Evangelio, entonces es verdadero mandamiento de Dios.