Hola, queridos codiletantes:
Cualquier problema histórico, un hecho, una batalla, un personaje, etc., se aborda a partir de las llamadas
FUENTES. Las fuentes nos aportan datos acerca del problema histórico que se desea considerar. Así que, el cometido esencial del estudio histórico es cuestionar las fuentes para valorar hasta qué punto son, o no, parcial o totalmente fiables. Ese es el cometido esencial del análisis histórico.
Cuestionar significa, como todos sabéis, no dar por cierto ó por falso algo, sin pruebas concluyentes. ¡Nada más! No es ningún dictamen definitivo, es una actitud prudente que se impone en el método científico, que de ningún modo es ajeno al análisis histórico.
Así que, cuestionar la historicidad de Jesús de Nazaret, no es más que admitir que tal personaje,
DE MOMENTO, está sujeto todavía al estudio pormenorizado de las fuentes
DISPONIBLES acerca de él. De ningún modo existen pruebas fehacientes que permitan cerrar el cuestionamiento de la historicidad de Jesús de Nazaret. Conocer éste hecho con más o menos detalle, no es baladí, ya que obliga a contemplar la cuestión con prudencia para no “aventurar” conclusiones que pudieran ser del todo incorrectas. No es problema de quienes son conscientes de éste hecho, que otros no lo conozcan, o conociéndolo pretendan ignorarlo. ¡Allá cada uno! Pero repito, no es mi problema que otros no lo quieran considerar.
No es lo mismo, cuestionar la historicidad de Napoleón, Julio Cesar, Carlomagno o el Cardenal Cisneros, que nadie lo hace, ni consta que se haya hecho; que cuestionar la historicidad de Don Pelayo, el caudillo cántabro Corocotta, Espartaco, el sepulcro gallego del Apóstol Santiago, la batalla de Rocesvalles, ó Jesús de Nazaret. ¿Por qué no es lo mismo? De los primeros tenemos unas fuentes que se han contrastado y confirmado; y de los segundos, las fuentes son sólo referencias escritas escasísimas y contradictorias. Eso sí, curiosamente, bastantes de los personajes que históricamente son “cuestionables”, han tenido una relevancia posterior y/o una aureola mítica, heroica, religiosa, etc., etc., que ha generado páginas y páginas “panegíricas” acerca de ellos, creando en unos casos más (Jesús, el que más) y en otros menos, seguidores, venerantes o ardientes defensores de sus logros, gestas o milagros, según sea el caso.
La construcción intencionada de un mito, héroe ó líder histórico, no es otra cosa que una gran mentira. Pero para que la mentira funcione, y demasiadas funcionan y, muy eficacísimamente, es necesario partir de los menores datos comprobables posibles. Tal circunstancia permite construir el personaje al gusto de los creadores.
A veces tratar de universalizar la idea que se quiere transmitir, con otro ejemplo, ayuda a ser mejor entendido. El ejemplo: Para la mayoría de los españoles con más de 35 años que haya ido a la escuela, al menos, hasta los 14 años (muchos todavía), Pelayo, Don Pelayo, es un personaje histórico fuera de toda duda, y la batalla de Covadonga una gesta épica donde un puñado de hispanogodos hicieron frente a un ejército de sarracenos que les doblaba varias veces en número. Yo más o menos así lo he estudiado en el bachillerato ¿o no, Zampabol? Y me acuerdo. Sin embargo, historiadores de la categoría de Besga Marroquín y otros, concluyen que a partir de las fuentes cristianas y árabes, la tal batalla no pasó de ser, de haber sido algo, más que una escaramuza menor. Y que Pelayo del que en unas fuentes se habla de que era espatario del rey Rodrigo, otros que yerno de Rodrigo, otros que si un noble, otros que si un hispano más. Bueno pues Besga y bastantes más dudan de que hubiera llegado a ser rey ó caudillo mayor, siquiera. Lo dejan en el limbo de los personajes cuestionables.
No lo despachan más fácilmente porque habría un sinfín de bachilleres y licenciados en España que jamás lo admitirían. ¡Lo estudiaron de pequeños!... ¡Ya! Pero no leerán a Besga o a los otros. Es casi imposible cuestionar al héroe hispano sin salir escaldado. Así que queda escrito, y a seguir avanzando, estudiando…. Los demás, si quieren abrir la mente ya leerán más. Y si no, pues… ¡Viva Pelayo!
Por último, hasta Wikipedia, a la que otorgo cierta utilidad pero no es ninguna referencia sólida, en la entrada que pego a continuación deja claro que el primer escrito no cristiano que se utiliza como fuente en la historicidad de Jesús, cuyo autor es FLAVIO JOSEFO, es considerado como cuestionado en su autenticidad.
http://es.wikipedia.org/wiki/Referen...BAs_de_Nazaret
Evidentemente, yo no me puedo basar en la Wiki, y recomendaría otras lecturas, pero como siempre, acercarse un poco a la verdad, es un trabajo personal largo, demasiadas veces solitario y, en el que no pocas veces, duele desprenderse de ideas arraigadas que te hacen sentir desprotegido y paradójicamente más ignorante, porque el número de preguntas pasa a ser mucho mayor. El que esté dispuesto lo hará. El que tenga miedo, y es lógico sentir ése miedo, ése vértigo, cómodamente no buscará, porque así no tendrá dudas.
PD: Advierto que nadie encontrará en mí a un ateo, en todo caso a un agnóstico no militante que no presumirá nunca de ello, porque aún le duele haber perdido las creencias de sus mayores a los que sigue respetando y amando profundamente.
El que no sabe nada, no duda de nada. (George Herbert)
Un saludo. Satchmo.