La Historia del aborto en España
El aborto en nuestro país ha estado prácticamente siempre. España se quedó al margen de los cambios ocurridos en otros países europeos en el siglo XX, como lo demuestran los Códigos Penales (de 1928 y de 1930) que condenaban el aborto con penas durísimas. Eso si, nuestras leyes otorgaban bondadosamente un atenuante para los casos en que la mujer o sus padres realizasen el aborto tratando de ocultar la “deshonra” de la familia. El peligro para la salud o la vida de las mujeres en cambio no se consideraba atenuante alguno, lo que permite deducir que por entonces los legisladores preferían a las mujeres muertas a “deshonradas”.
De todas formas, la penalización del aborto era coherente en épocas en las que el divorcio, el uso de anticonceptivos o la simple libertad e expresión era un delito.
Pero en nuestro oscuro panorama historio existieron, sin embargo, intentos de cambio: Cataluña durante 1936 promulgó la “ley de Reforma Eugenésica del Aborto” reconociendo el derecho exclusivo de la mujer a decidir. Paralelamente aquella reforma condenaba duramente a las personas que privadamente realizaran maniobras abortistas.
El régimen franquista, después de la Guerra Civil suprimió cualquier esperanza liberalizadora y en 1941 modificó el Código Penal aumentando la dureza de las penas por aborto respecto al Código anterior.
Desde entonces hasta 1978 siguieron vigentes dos artículos que prohibían la anticoncepción (416) y la realización de abortos (417).
En 1978, se despenalizaron los anticonceptivos, pero en lo referente al aborto todo siguió igual.
Las leyes eran una cosa y la realidad otra. A partir de los años 60 la natalidad empezó a descender vertiginosamente en España. Las mujeres se las arreglaban para tener menos hijos independientemente de la prohibición de los anticonceptivos y el aborto. Y abortaban. Abortaban recurriendo a otras mujeres, practicantes o curanderas en el área rural. En las grandes ciudades no faltaban profesionales que a precios altos practicaban abortos en clínicas u hospitales. Además empezaron las peregrinaciones de mujeres para interrumpir su embarazo en el extranjero.
Hablemos de cifras:
Hay que tener en cuenta que es muy difícil obtener datos fiables y contrastados en una situación de clandestinidad. Los únicos datos disponibles se refieren a:
La memoria del Fiscal del Tribunal Supremo que en 1974 hablaba de 300.000 abortos en aquel año. Esta cifra fue obtenida probablemente de comparaciones con otros países que, como Francia, habían tenido situaciones similares.
Desde antes de 1978, fecha de despenalización de los anticonceptivos muchos Centros de Mujeres y de Planificación Familiar, abrieron sus puertas a lo largo y ancho de nuestro país, con más voluntad que medios.
Todos los centros que intentaban atender y orientar unas necesidades que como las de Planificación Familiar no se resuelven en la Seguridad Social, recibieron a muchas mujeres que solicitaban información sobre el aborto. Algunos de estos centros han publicado su experiencia poniendo de manifiesto el elevado número de mujeres que acudían dispuestas a abortar.
Las muertes producidas a causa de complicaciones que a veces han sido informadas a través de los registros hospitalarios o de la prensa nos ofrecen algunos datos indirectos.
El sentido común dice que en un país con un sistema sanitario desarrollado como el nuestro, las muertes de mujeres por aborto son una triste prueba de que se realizan muchos miles.
En el estudio citado por Josué Aguinaga se dan algunos datos estimativos al respecto, a partir de complejos cálculos que sitúan la incidencia de aborto en España en unos 105.000 casos anuales, incluidos los abortos en el extranjero.
Los viajes al extranjero:
Todo el mundo sabe que durante años, y todavía actualmente, muchas mujeres españolas han buscado fuera de nuestras fronteras la forma e terminar un embarazo no deseado.
Los países destinatarios de tan peculiar emigración han sido sobre todo Inglaterra, Holanda y Francia y en menor proporción Portugal y Marruecos.
Inglaterra es probablemente el país que acoge mayor número de españolas. Las clínicas inglesas recogen datos de los abortos de mujeres procedentes de España y constituyen una de las pocas fuentes fiables de que disponemos.
Si a estos abortos realizados en Inglaterra sumamos los más de 6000 realizados en Holanda y los aproximadamente 5000 que anualmente se practicaban en Francia, tendremos un total de 33.000 mujeres que todos los años viajaban fuera para abortar.
Viajar a Londres, por ejemplo, en 1985 suponía un gasto de 30.000 pesetas en viajes especiales que incluían alojamiento. Los precios de la intervención en Inglaterra oscilaban entre más de 30.000 pesetas si en embarazo era menor de 13 semanas, unas 40.000 pesetas de las 14 a 18 semanas y 60.000 pesetas para gestaciones más avanzadas.
Esto supone un desembolso medio de alrededor de 100.000 pesetas que obviamente no todas las mujeres podían hacer.
http://html.rincondelvago.com/aborto-en-espana.html
Bibliografía:
- EL ABORTO, Problemas Constitucionales (Alfonso Ruiz Miguel, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1990)
- La Cuestión del aborto (Concha Cifrián. Carmen Martínez Ten e Isabel Serrano, ED. ICARIA, 1986)
- Las mentiras de la sexualidad. Fernández, Emilia y Mustieles, David. Ed. Olalla
- El aborto: un estudio sociológico sobre el caso español. Iglesias de Ursel, Julio. Ed. Centro de Investigaciones Sociológicas.
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www.abortar.org