(Hebreos 1:3) Él es el reflejo de la gloria de Dios y la representación exacta de su mismísimo ser, y sostiene todo con su poderosa palabra. Y, después de habernos purificado de nuestros pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas.
(Hebreos 1:13) Pero ¿de qué ángel dijo él alguna vez: “Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos como banquillo para tus pies”?
(Hebreos 10:12, 13) Pero este hombre ofreció un solo sacrificio para siempre por los pecados y se sentó a la derecha de Dios, 13?y desde entonces está esperando a que se ponga a sus enemigos como banquillo para sus pies