Iniciado por
pana
Soy creyente, y, he de decir, por la gracia de Dios.
Entiendo que el verdadero creyente no puede argumentar razón alguna parar creer, pues ha sido seducido y atraído por la misma Divinidad, y por eso esta convencido de la existencia de Dios. Con el tiempo, con el estudio, y con las propias vivencias, ira creciendo el conocimiento de Dios, al igual que la confianza hacia Él, y eso ha de impulsarle a vivir una vida comprometida, con Dios, y por supuesto con sus semejantes, porque creer, implica compromiso.