¡¡Qué calladitos están estos evangelistas del foro!! jajajaja
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En modo electoral, Bolsonaro encabezó la caravana de motos "Acelera por Cristo"
El presidente brasileño criticó un acuerdo entre la Justicia y Whatsapp destinado a impedir las noticias falsas durante los próximos comicios.
El presidente brasileño Jair Bolsonaro encabezó la caravana de motos "Acelera por Cristo" en un recorrido de campaña para las elecciones de octubre, en la que criticó un acuerdo entre la Justicia y la aplicación WhatsApp destinado a impedir las noticias falsas durante los próximos comicios.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) anunció el jueves la firma de un acuerdo con WhatApp para que se postergue hasta después de las elecciones el lanzamiento de un recurso llamado "Comunidad" que permitirá crear grupos con miles de participantes.
Con esta medida, la justicia brasileña busca impedir esta Comunidad sea usada para disparar noticias falsas como ocurrió en los comicios de 2018 cuando venció Bolsonaro.
Por su parte, el mandatario declaró este viernes que ese acuerdo es "inaceptable, inadmisible y no va a ser respetado", y aludió al cercenamiento y la censura". "Nadie les va a quitar sus derechos, ese acuerdo no tiene validad, nosotros sabremos como proceder", advirtió el mandatario.
Mirad qué calladitos están los protestantes para que no se esparza el tufo en lo referente a ellos, que meten mano tanto en carne, como en caja ...
Para esos menesteres no hay dios.
Están tan podridos como los católicos.
De momento gana Lula la primera vuelta. En unos días veremos si los brasileños también se suman al hundimiento de los representantes de los dioses en la Tierra.
¡¡Ciao Bolsonaro!! con tus majaderías a tu casa.
Ganó Lula, adiós evangelistas fanáticos.
El movimiento evangélico en América Latina fue alentado por el gobierno de los Estados Unidos en el siglo XIX. Este credo fue introducido por los pastores protestantes y se fue propagando desde entonces por toda la región, mientras que la Iglesia Católica, dividida y politizada perdía seguidores.
No hay una única iglesia evangélica en América Latina, lo que significa que el movimiento, que abarca, entre otros, a presbiterianos, bautistas, metodistas y, especialmente, a pentecostales y neopentecostales (pero no a los Testigos de Jehová, los Adventistas del Séptimo Día y los mormones), no puede compararse con la monolítica Iglesia Católica. Además, los evangelistas políticos se han alejado de sus antepasados europeos del Cisma Protestante del siglo XVI, después de que el monje agustino Martín Lutero recibiera revelaciones religiosas. Hoy en día, no hay un solo orador de la Verdadera Palabra. Se trata de alianzas pragmáticas que evitan una doctrina clara.
Puede que el evangelismo latinoamericano no sea un todo unificado, pero es coherente en sus diversas formas de acoplamiento con el neoliberalismo como proyecto de creación de Estado en el que la gobernabilidad significa moldear a las poblaciones con un conjunto de mecanismos siempre adaptables que imponen la noción de responsabilidad individual creada por, y al servicio de, la mercantilización. Esta maquinaria de control opera en toda la sociedad en lo que el antropólogo social Loïc Waquant llama “múltiples sitios de autoproducción, incluyendo el cuerpo, la familia, la sexualidad, el consumo, la educación, las profesiones, el espacio urbano”, etcétera. Así pues, “no hay un neoliberalismo de N mayúscula, sino un número indefinido de neoliberalismos N minúscula nacidos de la hibridación continua de las prácticas e ideas neoliberales con las condiciones y formas locales”. El evangelismo pragmático combate todo lo que pueda alterar plan de control social, incluidos los derechos LGBTQI+, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la legalización del aborto, la “ideología de género” (como ellos dicen), la liberalización de las drogas y el control de las armas, puntos de vista que les hacen coincidir con la derecha cristiana, los neonacionalistas, la alt-right o los entusiastas de Trump y QAnon, por ejemplo.