El pecado provoca la muerte
pero en mi cuerpo veo otra ley
que lucha contra la ley de mi mente
y que me hace prisionero
de la ley del pecado que está en mi cuerpo.
Romanos 7:23
Aunque el cristiano no guerrea de una manera física
contra sangre y carne, sí participa en una guerra, una lucha espiritual.
El apóstol Pablo explica la guerra que se produce
dentro del cristiano entre
“la ley del pecado” y “la ley de Dios”, o ‘la ley de la mente’
la mente cristiana que está en armonía con Dios.
►texto que lo apoya (Ro 7:15-25.)
Jesús dijo en cuanto a esta lucha:
“Esfuércense vigorosamente
por entrar por la puerta angosta” (Lu 13:24),
y el apóstol Pedro aconsejó: “Sigan absteniéndose
de los deseos carnales, los cuales son los mismísimos
que llevan a cabo un conflicto en contra del alma”. 1Pe 2:11,
El apóstol Pablo dice que debido al pecado de Adán,
el padre de la humanidad, “la muerte reinó”
desde Adán hasta el tiempo de Moisés (cuando se dio la Ley),
y que la Ley puso de manifiesto las transgresiones,
al hacer a los hombres culpables de pecado. (Ro 5:12-14; Gál 3:19.)
Como esta regla o ley del pecado obra en la carne imperfecta,
ejerce poder sobre ella y hace que tienda a violar la ley de Dios.
(Ro 7:23; Gé 8:21.)
El pecado provoca la muerte. (Ro 6:23; 1Co 15:56.)
La ley de Moisés no podía vencer el dominio de estos dos reyes:
el pecado y la muerte. Sin embargo, la libertad
y la victoria vienen por medio de la bondad inmerecida de Dios
dada a través de Jesucristo. (Ro 5:20, 21; 6:14; 7:8, 9, 24, 25.)