Siempre te fijas en las fechas de los escritos, y por ello juzgas si son verdaderos o no lo son. Pero mira si es antiguo el viejo testamento y en él la Ley de Dios estaba cambiada en mentira por la pluma mentirosa de los escribas, como dijo el profeta Jeremías:
Jeremías 8:7-8
¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley del Señor está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas
Entonces, la fecha en que algo haya sido escrito no es lo que demuestra que tal escrito sea verdadero o no lo sea sino la propia escritura cuando da testimonio de la verdad, es la que demuestra lo verdadero.
Y Jesús de Nazaret es Jesucristo, porque Él mismo, que es la VERDAD, se lo reveló a los apóstoles que le oyeron y aprendieron de Él. Y esto fue escrito en el corazón de los Apóstoles y de los cristianos que lo recordaron. El apóstol Juan así escribió:
Juan 17:1
Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti;
17:2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.
17:3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.