Parece que... hasta que Eli decida responder a ELB ... aquí aprenderé mucho sobre ordenadores ... en paralelismo con la idea de Dios . :O
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Parece que... hasta que Eli decida responder a ELB ... aquí aprenderé mucho sobre ordenadores ... en paralelismo con la idea de Dios . :O
Afortunadamente el razonamiento no es como un ordenador bajo ningún punto de vista.
Recuerdo, hace años, se me pidió dictar la clase magistral de apertura de la carrera de ingeniería informática de alguna universidad.
Ahí armé mi cuento, hice un desarrollo (que gustó mucho).
El tema que propuse fue "memorias y memorias virtuales".
Y, cuando expiraron los minutos cerré la charla con una frase (que gustó poco):
"Si los ordenadores son creación nuestra, hechos a nuestra imagen y semejanza, ¿se pueden imaginar cuán diferente debe ser Dios?".
Pues imagino cómo los dejaste pensativos.
La historia de la religión, al menos desde la invención de la agricultura y el sistema patriarcal, es la historia de una antropomorfización de Dios. La mayoría de las veces burda... pero quizá nada condenable.
Piensa simplelmente en nuestra pareja (esposo o esposa, novio o novia): le ponemos cualidades y defectos que son en realidad los nuestros.
Cuando nos enamoramos no lo hacemos de un ser humano, sino de una imagen, de una idealización... en cierta medida, de nosotros mismos.
Si esto pasa con otro miembro de nuestra especie, un humano que además podemos observar cada día, imagínate lo que podemos hacer con nuestra idea de Dios.
Por lo que estuve leyendo se presentaron dos opciones: un imperio religioso y Jerusalén. Me inclino por esta última pero por ahí pienso que puede ser la Roma del tiempo de Juan. Mi argumento.
"Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y habló conmigo, diciendo: "Ven acá y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas. Con ella han fornicado los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación". (Ap 17:1, 2).
La prostituta no estaba borracha con vino sino con la sangre de los mártires (Roma y la matanza de los primeros cristianos).
Su prostitución se debe a su idolatría, el culto imperial. Se afirma que ningún poder terrenal sale impune cuando se trata de quitar la fe verdadera exigiendo la propia adoración y el juicio divino caerá sobre él.
En el versículo 17:3 la bestia es el Cesar de Roma y los versículos siguientes señalan a la ciudad de Roma.
"Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes sobre los cuales se sienta la mujer." (v 17:9)
Las siete cabezas son las siete colinas de Roma.
y el versículo 18 dice: "Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra".
En la época de Juan esta gran ciudad era Roma.