Fuera De Tema.
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Sobre el tema voy a comentar un pasaje que leí hoy en la mañana
Favor no hacer mas offtopic
El Libro de Alma
Capítulo 32
1 Y acaeció que salieron y empezaron a predicar al pueblo la palabra de Dios, entrando en sus sinagogas y en sus casas; sí, y aun predicaron la palabra en sus calles.
2 Y sucedió que después de trabajar mucho entre ellos, empezaron a tener éxito entre la clase pobre; pues he aquí, estos eran echados de las sinagogas a causa de la pobreza de sus ropas.
3 Por tanto, no les era permitido entrar en sus sinagogas para adorar a Dios porque eran considerados como la hez; por tanto, eran pobres; sí, sus hermanos los consideraban como la escoria; de modo que eran pobres en cuanto a las cosas del mundo, y también eran pobres de corazón.
4 Y mientras Alma estaba enseñando y hablando al pueblo sobre el cerro Onida, fue a él una gran multitud compuesta de aquellos de quienes hemos estado hablando, de aquellos que eran pobres de corazón a causa de su pobreza en cuanto a las cosas del mundo.
5 Y llegaron a Alma; y el principal entre ellos le dijo: He aquí, ¿qué harán estos, mis hermanos? Pues son despreciados por todos los hombres a causa de su pobreza; sí, y más particularmente por nuestros sacerdotes, porque nos han echado de nuestras sinagogas, que con tanto trabajo hemos edificado con nuestras propias manos; y nos han echado a causa de nuestra suma pobreza; y no tenemos un lugar para adorar a nuestro Dios. He aquí, ¿qué haremos?
6 Y cuando Alma oyó esto, volvió su rostro directamente hacia él, y los observó con gran gozo; porque vio que sus aflicciones realmente los habían humillado, y que se hallaban preparados para oír la palabra.
7 Por tanto, no dijo más a la otra multitud; sino que extendió la mano y clamó a los que veía, aquellos que en verdad estaban arrepentidos, y les dijo:
8 Veo que sois mansos de corazón; y si es así, benditos sois.
9 He aquí, vuestro hermano ha dicho: ¿Qué haremos?, porque somos echados de nuestras sinagogas, de modo que no podemos adorar a nuestro Dios.
10 He aquí, os digo: ¿Suponéis que no podéis adorar a Dios más que en vuestras sinagogas?
11 Y además, quisiera preguntar: ¿Suponéis que no debéis adorar a Dios sino una vez por semana?
12 Yo os digo que está bien que seáis echados de vuestras sinagogas, para que seáis humildes y aprendáis sabiduría; porque es necesario que aprendáis sabiduría; porque es por motivo de que sois echados, debido a que vuestros hermanos os desprecian a causa de vuestra suma pobreza, que habéis llegado a la humildad de corazón; pues necesariamente se os hace ser humildes.
13 Y porque sois obligados a ser humildes, benditos sois; porque en ocasiones el hombre, si se ve obligado a ser humilde, busca el arrepentimiento; y de seguro, el que se arrepienta hallará misericordia; y quien halle misericordia y persevere hasta el fin, será salvo.
14 Y como ya os he dicho, que por haber sido obligados a ser humildes, fuisteis bendecidos, ¿no suponéis que son más bendecidos aún aquellos que se humillan verdaderamente a causa de la palabra?
15 Sí, el que verdaderamente se humille y se arrepienta de sus pecados, y persevere hasta el fin, será bendecido; sí, bendecido mucho más que aquellos que se ven obligados a ser humildes por causa de su extrema pobreza.
16 Por tanto, benditos son aquellos que se humillan sin verse obligados a ser humildes; o más bien, en otras palabras, bendito es el que cree en la palabra de Dios, y es bautizado sin obstinación de corazón; sí, sin habérsele llevado a conocer la palabra, o siquiera compelido a saber, antes de creer.
17 Sí, hay muchos que dicen: Si nos muestras una señal del cielo, de seguro luego sabremos; y entonces creeremos.
18 Ahora yo os pregunto: ¿Es fe esto? He aquí, os digo que no; porque si un hombre sabe una cosa, no tiene necesidad de creer, porque la sabe.
19 Y ahora bien, ¿cuánto más maldito es aquel que conoce la voluntad de Dios y no la cumple, que el que solo cree o solamente tiene motivo para creer, y cae en transgresión?
20 Ahora bien, sobre este asunto vosotros habéis de juzgar. He aquí, os digo que así es por una parte como lo es por la otra; y a todo hombre se hará según sus obras.
21 Y ahora bien, como decía concerniente a la fe: La fe no es tener un conocimiento perfecto de las cosas; de modo que si tenéis fe, tenéis esperanza en cosas que no se ven, y que son verdaderas.
22 Y ahora bien, he aquí, ahora os digo, y quisiera que recordaseis, que Dios es misericordioso para con todos los que creen en su nombre; por tanto, él desea ante todo que creáis, sí, en su palabra.
23 Y ahora bien, él comunica su palabra a los hombres por medio de ángeles; sí, no solo a los hombres, sino a las mujeres también. Y esto no es todo; muchas veces les son dadas a los niños palabras que confunden al sabio y al erudito.
24 Y ahora bien, amados hermanos míos, ya que habéis deseado saber de mí qué debéis hacer, porque sois afligidos y desechados —y no quiero que penséis que es mi intención juzgaros sino de acuerdo con lo que es verdad—
25 porque no quiero decir que todos vosotros habéis sido compelidos a humillaros; porque verdaderamente creo yo que entre vosotros hay algunos que se humillarían, pese a las circunstancias en que se hallaran.
26 Pues como dije acerca de la fe, que no era un conocimiento perfecto, así es con mis palabras. No podéis, al principio, saber a la perfección acerca de su veracidad, así como tampoco la fe es un conocimiento perfecto.
27 Mas he aquí, si despertáis y aviváis vuestras facultades hasta experimentar con mis palabras, y ejercitáis un poco de fe, sí, aunque no sea más que un deseo de creer, dejad que este deseo obre en vosotros, sí, hasta creer de tal modo que deis cabida a una porción de mis palabras.
28 Compararemos, pues, la palabra a una semilla. Ahora bien, si dais lugar para que sea sembrada una semilla en vuestro corazón, he aquí, si es una semilla verdadera, o semilla buena, y no la echáis fuera por vuestra incredulidad, resistiendo al Espíritu del Señor, he aquí, empezará a hincharse en vuestro pecho; y al sentir esta sensación de crecimiento, empezaréis a decir dentro de vosotros: Debe ser que esta es una semilla buena, o que la palabra es buena, porque empieza a ensanchar mi alma; sí, empieza a iluminar mi entendimiento; sí, empieza a ser deliciosa para mí.
29 He aquí, ¿no aumentaría esto vuestra fe? Os digo que sí; sin embargo, no ha llegado a ser un conocimiento perfecto.
30 Mas he aquí, al paso que la semilla se hincha y brota y empieza a crecer, entonces no podéis menos que decir que la semilla es buena; pues he aquí, se hincha y brota y empieza a crecer. Y, he aquí, ¿no fortalecerá esto vuestra fe? Sí, fortalecerá vuestra fe, porque diréis: Sé que esta es una buena semilla; porque, he aquí, brota y empieza a crecer.
31 Y he aquí, ¿estáis seguros ahora de que es una semilla buena? Os digo que sí; porque toda semilla produce según su propia especie.
32 Por tanto, si una semilla crece, es semilla buena; pero si no crece, he aquí que no es buena; por lo tanto, es desechada.
33 Y he aquí, por haber probado el experimento y sembrado la semilla, y porque esta se hincha, y brota, y empieza a crecer, sabéis por fuerza que la semilla es buena.
34 Y ahora bien, he aquí, ¿es perfecto vuestro entendimiento? Sí, vuestro conocimiento es perfecto en esta cosa, y vuestra fe queda inactiva; y esto porque sabéis, pues sabéis que la palabra ha henchido vuestras almas, y también sabéis que ha brotado, que vuestro entendimiento empieza a iluminarse y vuestra mente comienza a ensancharse.
35 Luego, ¿no es esto verdadero? Os digo que sí, porque es luz; y lo que es luz, es bueno, porque se puede discernir; por tanto, debéis saber que es bueno; y ahora bien, he aquí, ¿es perfecto vuestro conocimiento después de haber gustado esta luz?
36 He aquí, os digo que no; ni tampoco debéis dejar a un lado vuestra fe, porque tan solo habéis ejercitado vuestra fe para sembrar la semilla, a fin de llevar a cabo el experimento para saber si la semilla era buena.
37 Y he aquí, a medida que el árbol empiece a crecer, diréis: Nutrámoslo con gran cuidado para que eche raíz, crezca y nos produzca fruto. Y he aquí, si lo cultiváis con mucho cuidado, echará raíz, y crecerá, y dará fruto.
38 Mas si desatendéis el árbol, y sois negligentes en nutrirlo, he aquí, no echará raíz; y cuando el calor del sol llegue y lo abrase, se secará porque no tiene raíz, y lo arrancaréis y lo echaréis fuera.
39 Y esto no es porque la semilla no haya sido buena, ni tampoco es porque su fruto no sea deseable; sino porque vuestro terreno es estéril y no queréis nutrir el árbol; por tanto, no podréis obtener su fruto.
40 Y por lo mismo, si no cultiváis la palabra, mirando hacia adelante con el ojo de la fe a su fruto, nunca podréis recoger el fruto del árbol de la vida.
41 Pero si cultiváis la palabra, sí, y nutrís el árbol mientras empiece a crecer, mediante vuestra fe, con gran diligencia y con paciencia, mirando hacia adelante a su fruto, echará raíz; y he aquí, será un árbol que brotará para vida sempiterna.
42 Y a causa de vuestra diligencia, y vuestra fe y vuestra paciencia al nutrir la palabra para que eche raíz en vosotros, he aquí que con el tiempo recogeréis su fruto, el cual es sumamente precioso, y el cual es más dulce que todo lo dulce, y más blanco que todo lo blanco, sí, y más puro que todo lo puro; y comeréis de este fruto hasta quedar satisfechos, de modo que no tendréis hambre ni tendréis sed.
43 Entonces, hermanos míos, segaréis el galardón de vuestra fe, y vuestra diligencia, y paciencia, y longanimidad, esperando que el árbol os dé fruto.
Pues yo pienso que si... enjoy
El Libro de Alma
Capítulo 40
Cristo lleva a cabo la resurrección de todos los hombres — Los muertos que han sido justos van al paraíso y los malvados a las tinieblas de afuera para esperar el tiempo de su resurrección — Todo será restablecido a su propia y perfecta forma en la Resurrección. Aproximadamente 74 a.C.
1 Y ahora bien, hijo mío, he aquí algo más que quisiera decirte, porque veo que tu mente está preocupada con respecto a la resurrección de los muertos.
2 He aquí, te digo que no hay resurrección, o en otras palabras, quiero decir que este cuerpo mortal no se reviste de inmortalidad, esta corrupción no se reviste de incorrupción, sino hasta después de la venida de Cristo.
3 He aquí, él efectúa la resurrección de los muertos. Mas he aquí, hijo mío, la resurrección no ha llegado aún. Ahora bien, te descubro un misterio; no obstante, hay muchos misterios que permanecen ocultos, que nadie los conoce sino Dios mismo. Pero te manifiesto una cosa que he preguntado diligentemente a Dios para saber concerniente a la resurrección.
4 He aquí, se ha señalado una época en que todos se levantarán de los muertos. Mas cuándo vendrá este tiempo, nadie lo sabe; pero Dios sabe la hora que está señalada.
5 Ahora bien, con respecto a que si habrá una primera, o una segunda o una tercera vez en que los hombres han de resucitar de los muertos, nada importa; pues Dios sabe todas estas cosas; y bástame saber que tal es el caso: que hay un tiempo señalado en que todos se levantarán de los muertos.
6 Debe haber, pues, un intervalo entre el tiempo de la muerte y el de la resurrección.
7 Y ahora quisiera preguntar: ¿Qué sucede con las almas de los hombres desde este tiempo de la muerte hasta el momento señalado para la resurrección?
8 Ahora bien, nada importa si hay más de una época señalada para que resuciten los hombres, porque no todos mueren de una vez, y esto no importa; todo es como un día para Dios, y solo para los hombres está medido el tiempo.
9 Por tanto, se ha designado a los hombres una época en que han de resucitar de los muertos; y hay un intervalo entre el tiempo de la muerte y el de la resurrección. Y ahora bien, concerniente a este espacio de tiempo, qué sucede con las almas de los hombres es lo que he preguntado diligentemente al Señor para saber; y es acerca de esto de lo que yo sé.
10 Y cuando llegue el tiempo en que todos resuciten, entonces sabrán que Dios conoce todas las épocas que le están señaladas al hombre.
11 Ahora bien, respecto al estado del alma entre la muerte y la resurrección, he aquí, un ángel me ha hecho saber que los espíritus de todos los hombres, en cuanto se separan de este cuerpo mortal, sí, los espíritus de todos los hombres, sean buenos o malos, son llevados de regreso a ese Dios que les dio la vida.
12 Y sucederá que los espíritus de los que son justos serán recibidos en un estado de felicidad que se llama paraíso: un estado de descanso, un estado de paz, donde descansarán de todas sus aflicciones, y de todo cuidado y pena.
13 Y entonces acontecerá que los espíritus de los malvados, sí, los que son malos —pues he aquí, no tienen parte ni porción del Espíritu del Señor, porque escogieron las malas obras en lugar de las buenas; por lo que el espíritu del diablo entró en ellos y se posesionó de su casa— estos serán echados a las tinieblas de afuera; habrá llantos y lamentos y el crujir de dientes, y esto a causa de su propia iniquidad, pues fueron llevados cautivos por la voluntad del diablo.
14 Así que este es el estado de las almas de los malvados; sí, en tinieblas y en un estado de terrible y espantosa espera de la ardiente indignación de la ira de Dios sobre ellos; y así permanecen en este estado, como los justos en el paraíso, hasta el tiempo de su resurrección.
15 Ahora bien, hay algunos que han entendido que este estado de felicidad y este estado de miseria del alma, antes de la resurrección, era una primera resurrección. Sí, admito que puede llamarse resurrección, el levantarse del espíritu o el alma, y su consignación a la felicidad o a la miseria, de acuerdo con las palabras que se han hablado.
16 Y he aquí, también se ha dicho que hay una primera resurrección, una resurrección de todos cuantos hayan existido, existen o existirán, hasta la resurrección de Cristo de entre los muertos.
17 Ahora bien, no suponemos que esta primera resurrección, de que se ha hablado en estos términos, sea la resurrección de las almas y su consignación a la felicidad o a la miseria. No puedes suponer que esto es lo que quiere decir.
18 He aquí, te digo que no; sino que significa la reunión del alma con el cuerpo, de los que hayan existido desde los días de Adán hasta la resurrección de Cristo.
19 Mas si las almas y los cuerpos de aquellos de quienes se ha hablado serán reunidos todos de una vez, los malos así como los justos, no lo digo; bástame decir que todos se levantarán; o en otras palabras, su resurrección se verificará antes que la de aquellos que mueran después de la resurrección de Cristo.
20 Y no digo, hijo mío, que su resurrección venga al tiempo de la de Cristo; mas, he aquí, lo doy como mi opinión, que las almas y los cuerpos de los justos serán reunidos al tiempo de la resurrección de Cristo y su ascensión al cielo.
21 Mas si esto sucederá al tiempo de la resurrección de él o después, no lo digo; pero esto sí digo, que hay un intervalo entre la muerte y la resurrección del cuerpo, y un estado del alma en felicidad o en miseria, hasta el tiempo que Dios ha señalado para que se levanten los muertos, y sean reunidos el alma y el cuerpo, y llevados a comparecer ante Dios, y ser juzgados según sus obras.
22 Sí, esto lleva a efecto la restauración de aquellas cosas que se han declarado por boca de los profetas.
23 El alma será restaurada al cuerpo, y el cuerpo al alma; sí, y todo miembro y coyuntura serán restablecidos a su cuerpo; sí, ni un cabello de la cabeza se perderá, sino que todo será restablecido a su propia y perfecta forma.
24 Y ahora bien, hijo mío, esta es la restauración que se ha anunciado por boca de los profetas.
25 Y entonces los justos resplandecerán en el reino de Dios.
26 Mas he aquí, una terrible muerte sobreviene a los inicuos; porque mueren en cuanto a las cosas concernientes a la rectitud; pues son impuros, y nada impuro puede heredar el reino de Dios; sino que son echados fuera y consignados a participar de los frutos de sus labores o sus obras, que han sido malas; y beben los sedimentos de una amarga copa.
mas sobre la resurrección...
enjoy...
El Libro de Alma
Capítulo 41
En la Resurrección, los hombres resucitan a un estado de felicidad sin fin o a una miseria interminable — La maldad nunca fue felicidad — Los hombres que se hallan en un estado carnal se encuentran sin Dios en el mundo — En la Restauración, toda persona recibe de nuevo las características y los atributos que haya logrado en el estado terrenal. Aproximadamente 74 a.C.
1 Y ahora bien, hijo mío, tengo algo que decirte sobre la restauración de que se ha hablado; porque he aquí, algunos han tergiversado las Escrituras y se han desviado lejos a causa de esto. Y veo que tu mente también ha estado preocupada en cuanto a este asunto; mas he aquí, te lo explicaré.
2 Te digo, hijo mío, que el plan de la restauración es indispensable en la justicia de Dios, porque es necesario que todas las cosas sean restablecidas a su propio orden. He aquí, es preciso y justo, según el poder y la resurrección de Cristo, que el alma del hombre sea restituida a su cuerpo, y que al cuerpo le sean restauradas todas sus partes.
3 Y es indispensable en la justicia de Dios que los hombres sean juzgados según sus obras; y si sus hechos fueron buenos en esta vida, y buenos los deseos de sus corazones, que también sean ellos restituidos a lo que es bueno en el postrer día.
4 Y si sus obras son malas, les serán restituidas para mal. Por tanto, todas las cosas serán restablecidas a su propio orden; todo a su forma natural — la mortalidad levantada en inmortalidad; la corrupción en incorrupción — levantado a una felicidad sin fin para heredar el reino de Dios, o a una miseria interminable para heredar el reino del diablo; uno por una parte y otro por la otra;
5 uno levantado a la dicha, de acuerdo con sus deseos de felicidad, o a lo bueno, según sus deseos del bien; y el otro al mal, según sus deseos de maldad; porque así como ha deseado hacer mal todo el día, así recibirá su recompensa de maldad cuando venga la noche.
6 Y así sucede por la otra parte. Si se ha arrepentido de sus pecados y ha deseado la rectitud hasta el fin de sus días, de igual manera será recompensado en rectitud.
7 Estos son los redimidos del Señor; sí, los que son librados, los que son rescatados de esa interminable noche de tinieblas, y así se sostienen o caen; pues he aquí, son sus propios jueces, ya para obrar el bien o para obrar el mal.
8 Y los decretos de Dios son inalterables; por tanto, se ha preparado el camino para que todo aquel que quiera, ande por él y sea salvo.
9 Y ahora bien, he aquí, hijo mío, no te arriesgues a una ofensa más contra tu Dios sobre esos puntos de doctrina, en los cuales hasta ahora te has arriesgado a cometer pecados.
10 No vayas a suponer, porque se ha hablado concerniente a la restauración, que serás restaurado del pecado a la felicidad. He aquí, te digo que la maldad nunca fue felicidad.
11 Y así, hijo mío, todos los hombres que se hallan en un estado natural, o más bien diría, en un estado carnal, están en la hiel de amargura y en las ligaduras de la iniquidad; se encuentran sin Dios en el mundo, y han obrado en contra de la naturaleza de Dios; por tanto, se hallan en un estado que es contrario a la naturaleza de la felicidad.
12 Y he aquí, ¿significa la palabra restauración tomar una cosa de un estado natural y colocarla en un estado innatural, o sea, ponerla en una condición que se opone a su naturaleza?
13 Oh, hijo mío, tal no es el caso; sino que el significado de la palabra restauración es volver de nuevo mal por mal, o carnal por carnal, o diabólico por diabólico; bueno por lo que es bueno, recto por lo que es recto, justo por lo que es justo, misericordioso por lo que es misericordioso.
14 Por tanto, hijo mío, procura ser misericordioso con tus hermanos; trata con justicia, juzga con rectitud, y haz lo bueno sin cesar; y si haces todas estas cosas, entonces recibirás tu galardón; sí, la misericordia te será restablecida de nuevo; la justicia te será restaurada otra vez; se te restituirá un justo juicio nuevamente; y se te recompensará de nuevo con lo bueno.
15 Porque lo que de ti salga, volverá otra vez a ti, y te será restituido; por tanto, la palabra restauración condena al pecador más plenamente, y en nada lo justifica.
este es mas claro, pero te lo voy a poner mas grandecito
luego me lo agradeces
Sobre el tema voy a comentar un pasaje que leí hoy en la mañana
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El Libro de Alma
Capítulo 32
1 Y acaeció que salieron y empezaron a predicar al pueblo la palabra de Dios, entrando en sus sinagogas y en sus casas; sí, y aun predicaron la palabra en sus calles.
2 Y sucedió que después de trabajar mucho entre ellos, empezaron a tener éxito entre la clase pobre; pues he aquí, estos eran echados de las sinagogas a causa de la pobreza de sus ropas.
3 Por tanto, no les era permitido entrar en sus sinagogas para adorar a Dios porque eran considerados como la hez; por tanto, eran pobres; sí, sus hermanos los consideraban como la escoria; de modo que eran pobres en cuanto a las cosas del mundo, y también eran pobres de corazón.
4 Y mientras Alma estaba enseñando y hablando al pueblo sobre el cerro Onida, fue a él una gran multitud compuesta de aquellos de quienes hemos estado hablando, de aquellos que eran pobres de corazón a causa de su pobreza en cuanto a las cosas del mundo.
5 Y llegaron a Alma; y el principal entre ellos le dijo: He aquí, ¿qué harán estos, mis hermanos? Pues son despreciados por todos los hombres a causa de su pobreza; sí, y más particularmente por nuestros sacerdotes, porque nos han echado de nuestras sinagogas, que con tanto trabajo hemos edificado con nuestras propias manos; y nos han echado a causa de nuestra suma pobreza; y no tenemos un lugar para adorar a nuestro Dios. He aquí, ¿qué haremos?
6 Y cuando Alma oyó esto, volvió su rostro directamente hacia él, y los observó con gran gozo; porque vio que sus aflicciones realmente los habían humillado, y que se hallaban preparados para oír la palabra.
7 Por tanto, no dijo más a la otra multitud; sino que extendió la mano y clamó a los que veía, aquellos que en verdad estaban arrepentidos, y les dijo:
8 Veo que sois mansos de corazón; y si es así, benditos sois.
9 He aquí, vuestro hermano ha dicho: ¿Qué haremos?, porque somos echados de nuestras sinagogas, de modo que no podemos adorar a nuestro Dios.
10 He aquí, os digo: ¿Suponéis que no podéis adorar a Dios más que en vuestras sinagogas?
11 Y además, quisiera preguntar: ¿Suponéis que no debéis adorar a Dios sino una vez por semana?
12 Yo os digo que está bien que seáis echados de vuestras sinagogas, para que seáis humildes y aprendáis sabiduría; porque es necesario que aprendáis sabiduría; porque es por motivo de que sois echados, debido a que vuestros hermanos os desprecian a causa de vuestra suma pobreza, que habéis llegado a la humildad de corazón; pues necesariamente se os hace ser humildes.
13 Y porque sois obligados a ser humildes, benditos sois; porque en ocasiones el hombre, si se ve obligado a ser humilde, busca el arrepentimiento; y de seguro, el que se arrepienta hallará misericordia; y quien halle misericordia y persevere hasta el fin, será salvo.
14 Y como ya os he dicho, que por haber sido obligados a ser humildes, fuisteis bendecidos, ¿no suponéis que son más bendecidos aún aquellos que se humillan verdaderamente a causa de la palabra?
15 Sí, el que verdaderamente se humille y se arrepienta de sus pecados, y persevere hasta el fin, será bendecido; sí, bendecido mucho más que aquellos que se ven obligados a ser humildes por causa de su extrema pobreza.
16 Por tanto, benditos son aquellos que se humillan sin verse obligados a ser humildes; o más bien, en otras palabras, bendito es el que cree en la palabra de Dios, y es bautizado sin obstinación de corazón; sí, sin habérsele llevado a conocer la palabra, o siquiera compelido a saber, antes de creer.
17 Sí, hay muchos que dicen: Si nos muestras una señal del cielo, de seguro luego sabremos; y entonces creeremos.
18 Ahora yo os pregunto: ¿Es fe esto? He aquí, os digo que no; porque si un hombre sabe una cosa, no tiene necesidad de creer, porque la sabe.
19 Y ahora bien, ¿cuánto más maldito es aquel que conoce la voluntad de Dios y no la cumple, que el que solo cree o solamente tiene motivo para creer, y cae en transgresión?
20 Ahora bien, sobre este asunto vosotros habéis de juzgar. He aquí, os digo que así es por una parte como lo es por la otra; y a todo hombre se hará según sus obras.
21 Y ahora bien, como decía concerniente a la fe: La fe no es tener un conocimiento perfecto de las cosas; de modo que si tenéis fe, tenéis esperanza en cosas que no se ven, y que son verdaderas.
22 Y ahora bien, he aquí, ahora os digo, y quisiera que recordaseis, que Dios es misericordioso para con todos los que creen en su nombre; por tanto, él desea ante todo que creáis, sí, en su palabra.
23 Y ahora bien, él comunica su palabra a los hombres por medio de ángeles; sí, no solo a los hombres, sino a las mujeres también. Y esto no es todo; muchas veces les son dadas a los niños palabras que confunden al sabio y al erudito.
24 Y ahora bien, amados hermanos míos, ya que habéis deseado saber de mí qué debéis hacer, porque sois afligidos y desechados —y no quiero que penséis que es mi intención juzgaros sino de acuerdo con lo que es verdad—
25 porque no quiero decir que todos vosotros habéis sido compelidos a humillaros; porque verdaderamente creo yo que entre vosotros hay algunos que se humillarían, pese a las circunstancias en que se hallaran.
26 Pues como dije acerca de la fe, que no era un conocimiento perfecto, así es con mis palabras. No podéis, al principio, saber a la perfección acerca de su veracidad, así como tampoco la fe es un conocimiento perfecto.
27 Mas he aquí, si despertáis y aviváis vuestras facultades hasta experimentar con mis palabras, y ejercitáis un poco de fe, sí, aunque no sea más que un deseo de creer, dejad que este deseo obre en vosotros, sí, hasta creer de tal modo que deis cabida a una porción de mis palabras.
28 Compararemos, pues, la palabra a una semilla. Ahora bien, si dais lugar para que sea sembrada una semilla en vuestro corazón, he aquí, si es una semilla verdadera, o semilla buena, y no la echáis fuera por vuestra incredulidad, resistiendo al Espíritu del Señor, he aquí, empezará a hincharse en vuestro pecho; y al sentir esta sensación de crecimiento, empezaréis a decir dentro de vosotros: Debe ser que esta es una semilla buena, o que la palabra es buena, porque empieza a ensanchar mi alma; sí, empieza a iluminar mi entendimiento; sí, empieza a ser deliciosa para mí.
29 He aquí, ¿no aumentaría esto vuestra fe? Os digo que sí; sin embargo, no ha llegado a ser un conocimiento perfecto.
30 Mas he aquí, al paso que la semilla se hincha y brota y empieza a crecer, entonces no podéis menos que decir que la semilla es buena; pues he aquí, se hincha y brota y empieza a crecer. Y, he aquí, ¿no fortalecerá esto vuestra fe? Sí, fortalecerá vuestra fe, porque diréis: Sé que esta es una buena semilla; porque, he aquí, brota y empieza a crecer.
31 Y he aquí, ¿estáis seguros ahora de que es una semilla buena? Os digo que sí; porque toda semilla produce según su propia especie.
32 Por tanto, si una semilla crece, es semilla buena; pero si no crece, he aquí que no es buena; por lo tanto, es desechada.
33 Y he aquí, por haber probado el experimento y sembrado la semilla, y porque esta se hincha, y brota, y empieza a crecer, sabéis por fuerza que la semilla es buena.
34 Y ahora bien, he aquí, ¿es perfecto vuestro entendimiento? Sí, vuestro conocimiento es perfecto en esta cosa, y vuestra fe queda inactiva; y esto porque sabéis, pues sabéis que la palabra ha henchido vuestras almas, y también sabéis que ha brotado, que vuestro entendimiento empieza a iluminarse y vuestra mente comienza a ensancharse.
35 Luego, ¿no es esto verdadero? Os digo que sí, porque es luz; y lo que es luz, es bueno, porque se puede discernir; por tanto, debéis saber que es bueno; y ahora bien, he aquí, ¿es perfecto vuestro conocimiento después de haber gustado esta luz?
36 He aquí, os digo que no; ni tampoco debéis dejar a un lado vuestra fe, porque tan solo habéis ejercitado vuestra fe para sembrar la semilla, a fin de llevar a cabo el experimento para saber si la semilla era buena.
37 Y he aquí, a medida que el árbol empiece a crecer, diréis: Nutrámoslo con gran cuidado para que eche raíz, crezca y nos produzca fruto. Y he aquí, si lo cultiváis con mucho cuidado, echará raíz, y crecerá, y dará fruto.
38 Mas si desatendéis el árbol, y sois negligentes en nutrirlo, he aquí, no echará raíz; y cuando el calor del sol llegue y lo abrase, se secará porque no tiene raíz, y lo arrancaréis y lo echaréis fuera.
39 Y esto no es porque la semilla no haya sido buena, ni tampoco es porque su fruto no sea deseable; sino porque vuestro terreno es estéril y no queréis nutrir el árbol; por tanto, no podréis obtener su fruto.
40 Y por lo mismo, si no cultiváis la palabra, mirando hacia adelante con el ojo de la fe a su fruto, nunca podréis recoger el fruto del árbol de la vida.
41 Pero si cultiváis la palabra, sí, y nutrís el árbol mientras empiece a crecer, mediante vuestra fe, con gran diligencia y con paciencia, mirando hacia adelante a su fruto, echará raíz; y he aquí, será un árbol que brotará para vida sempiterna.
42 Y a causa de vuestra diligencia, y vuestra fe y vuestra paciencia al nutrir la palabra para que eche raíz en vosotros, he aquí que con el tiempo recogeréis su fruto, el cual es sumamente precioso, y el cual es más dulce que todo lo dulce, y más blanco que todo lo blanco, sí, y más puro que todo lo puro; y comeréis de este fruto hasta quedar satisfechos, de modo que no tendréis hambre ni tendréis sed.
43 Entonces, hermanos míos, segaréis el galardón de vuestra fe, y vuestra diligencia, y paciencia, y longanimidad, esperando que el árbol os dé fruto.
pues los que defienden la reencarnación, dicen que en las escrituras significa lo mismo que resurrección..
asi que ahi te va
1 Y ahora bien, hijo mío, percibo que hay algo más que inquieta tu mente, algo que no puedes comprender, y es concerniente a la justicia de Dios en el castigo del pecador; porque tratas de suponer que es una injusticia que el pecador sea consignado a un estado de miseria.
2 He aquí, hijo mío, te explicaré esto. Pues, he aquí, luego que el Señor Dios expulsó a nuestros primeros padres del Jardín de Edén, para cultivar la tierra de la que fueron tomados, sí, sacó al hombre, y colocó al extremo oriental del Jardín de Edén querubines, y una espada encendida que daba vueltas por todos lados, para guardar el árbol de la vida,
3 vemos, pues, que el hombre había llegado a ser como Dios, conociendo el bien y el mal; y para que no extendiera su mano, y tomara también del árbol de la vida, y comiera y viviera para siempre, el Señor Dios colocó querubines y la espada encendida, para que el hombre no comiera del fruto.
4 Y así vemos que le fue concedido al hombre un tiempo para que se arrepintiera; sí, un tiempo de probación, un tiempo para arrepentirse y servir a Dios.
5 Porque he aquí, si Adán hubiese extendido su mano inmediatamente, y comido del árbol de la vida, habría vivido para siempre, según la palabra de Dios, sin tener un tiempo para arrepentirse; sí, y también habría sido vana la palabra de Dios, y se habría frustrado el gran plan de salvación.
6 Mas he aquí, le fue señalado al hombre que muriera —por tanto, como fueron separados del árbol de la vida, así iban a ser separados de la faz de la tierra— y el hombre se vio perdido para siempre; sí, se tornó en hombre caído.
7 Y ahora bien, ves por esto que nuestros primeros padres fueron separados de la presencia del Señor, tanto temporal como espiritualmente; y así vemos que llegaron a ser personas libres de seguir su propia voluntad.
8 Y he aquí, no era prudente que el hombre fuese rescatado de esta muerte temporal, porque esto habría destruido el gran plan de felicidad.
9 Por tanto, como el alma nunca podía morir, y ya que la caída había traído una muerte espiritual, así como una temporal, sobre todo el género humano, es decir, fueron separados de la presencia del Señor, se hizo menester que la humanidad fuese rescatada de esta muerte espiritual.
10 Por tanto, ya que se habían vuelto carnales, sensuales y diabólicos por naturaleza, este estado de probación llegó a ser para ellos un estado para prepararse; se tornó en un estado preparatorio.
11 Y ten presente, hijo mío, que de no ser por el plan de redención (dejándolo a un lado), sus almas serían miserables en cuanto ellos murieran, por estar separados de la presencia del Señor.
12 Y no habría medio de redimir al hombre de este estado caído, que él mismo se había ocasionado por motivo de su propia desobediencia;
13 por tanto, según la justicia, el plan de redención no podía realizarse sino de acuerdo con las condiciones del arrepentimiento del hombre en este estado probatorio, sí, este estado preparatorio; porque a menos que fuera por estas condiciones, la misericordia no podría surtir efecto, salvo que destruyese la obra de la justicia. Pero la obra de la justicia no podía ser destruida; de ser así, Dios dejaría de ser Dios.
14 Y así vemos que toda la humanidad se hallaba caída, y que estaba en manos de la justicia; sí, la justicia de Dios que los sometía para siempre a estar separados de su presencia.
15 Ahora bien, no se podría realizar el plan de la misericordia salvo que se efectuase una expiación; por tanto, Dios mismo expía los pecados del mundo, para realizar el plan de la misericordia, para apaciguar las demandas de la justicia, para que Dios sea un Dios perfecto, justo y misericordioso también.
16 Mas el arrepentimiento no podía llegar a los hombres a menos que se fijara un castigo, igualmente eterno como la vida del alma, opuesto al plan de la felicidad, tan eterno también como la vida del alma.
17 Y, ¿cómo podría el hombre arrepentirse, a menos que pecara? ¿Cómo podría pecar, si no hubiese ley? Y, ¿cómo podría haber una ley sin que hubiese un castigo?
18 Mas se fijó un castigo, y se dio una ley justa, la cual trajo el remordimiento de conciencia al hombre.
19 Ahora bien, de no haberse dado una ley de que el hombre que asesina debe morir, ¿tendría miedo de morir si matase?
20 Y también, si no hubiese ninguna ley contra el pecado, los hombres no tendrían miedo de pecar.
21 Y si no se hubiese dado ninguna ley, ¿qué podría hacer la justicia si los hombres pecasen? ¿O la misericordia? Pues no tendrían derecho a reclamar al hombre.
22 Mas se ha dado una ley, y se ha fijado un castigo, y se ha concedido un arrepentimiento, el cual la misericordia reclama; de otro modo, la justicia reclama al ser humano y ejecuta la ley, y la ley impone el castigo; pues de no ser así, las obras de la justicia serían destruidas, y Dios dejaría de ser Dios.
23 Mas Dios no cesa de ser Dios, y la misericordia reclama al que se arrepiente; y la misericordia viene a causa de la expiación; y la expiación lleva a efecto la resurrección de los muertos; y la resurrección de los muertos lleva a los hombres de regreso a la presencia de Dios; y así son restaurados a su presencia, para ser juzgados según sus obras, de acuerdo con la ley y la justicia.
24 Pues he aquí, la justicia ejerce todos sus derechos, y también la misericordia reclama cuanto le pertenece; y así, nadie se salva sino los que verdaderamente se arrepienten.
25 ¿Qué, supones tú que la misericordia puede robar a la justicia? Te digo que no, ni un ápice. Si fuera así, Dios dejaría de ser Dios.
26 Y de este modo realiza Dios sus grandes y eternos propósitos, que fueron preparados desde la fundación del mundo. Y así se realiza la salvación y la redención de los hombres, y también su destrucción y miseria.
27 Por tanto, oh hijo mío, el que quiera venir, puede venir a beber libremente de las aguas de la vida; y quien no quiera venir, no está obligado a venir; pero en el postrer día le será restaurado según sus hechos.
28 Si ha deseado hacer lo malo, y no se ha arrepentido durante sus días, he aquí, lo malo le será devuelto, según la restauración de Dios.
29 Y ahora bien, hijo mío, quisiera que no dejaras que te perturbaran más estas cosas, y solo deja que te preocupen tus pecados, con esa zozobra que te conducirá al arrepentimiento.
30 ¡Oh hijo mío, quisiera que no negaras más la justicia de Dios! No trates de excusarte en lo más mínimo a causa de tus pecados, negando la justicia de Dios. Deja, más bien, que la justicia de Dios, y su misericordia y su longanimidad dominen por completo tu corazón; y permite que esto te humille hasta el polvo.
31 Y ahora bien, oh hijo mío, eres llamado por Dios para predicar la palabra a este pueblo. Ve, hijo mío; declara la palabra con verdad y con circunspección, para que lleves almas al arrepentimiento, a fin de que el gran plan de misericordia pueda reclamarlas. Y Dios te conceda según mis palabras. Amén.
LDX Eres Un TROLL.Cita:
Iniciado por LDX
La reencarnación no es enseñanza bíblica.
La Biblia enseña algo mucho mejor: la resurrección.
la iniciacion del conocimiento en los mundos invisibles,te convierten en un iniciado,,y podes ver las cosas muy claramente y lo mismo duele,,,no me deliro en religiones ni sus recintos,,como ya dije no solo me limito a visitar una tarotista que te da en el blanco,,,sino que acudi a la astrologia karmica para saber el porque de tan pesada carga,y me desnudo mis vidas anteriores y el porque de mi actualidad,si quieres te paso por privada el sitio,,sabiendo tu hora de nacimiento,,te da el porque de todo,,,me ayudo mucho,,me cerro todo,,hermeticamente
Estás invitado Petra5;
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