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La anciana termina de hacer sus compras en la farmacia, y la empleada jovencita, correctamente ecológica, (e irrespetuosa) en tono de consejo le dice a la viejita, que debería llevar las compras en su bolso, y no en bolsita de nylon, que son tan poluentes.
La viejita pidió disculpas, y le explicó que en su tiempo no estaba esta moda de “los verdes” y ambientalistas.
-Ese es justamente nuestro gran problema hoy, Señora. Su generación no se preocupó lo suficiente con nuestro medio ambiente.
La anciana puso su bolsa en el mostrador, y con una sonrisa bondadosa le respondió a la vendedora:
-Usted tiene razón Señorita. Nuestra generación no se preocupó adecuadamente del medio ambiente. En mi época, las botellas de leche, de refrescos y de cerveza eran de vidrio, y las devolvíamos vacías al almacenero, y él a los fabricantes del producto. Ellos las lavaban y esterilizaban, y volvían a llenarlas.
Realmente nosotros no nos preocupamos por el medio ambiente. ¿Sabe que nosotros subíamos escaleras porque no había mecánicas eléctricas? Caminábamos hasta el comercio, en vez de ir con nuestro auto por unas pocas cuadras.
Usted tiene razón. Poco nos preocupamos.
Como sería que los pañales de los bebés eran de tela y no descartables!!. Y las secábamos al sol, no como ahora en máquinas que lavan y entregan las ropas sequitas y calentitas aunque gasten mucha electricidad.
Los niños pequeños, usaban las ropas que sus hermanos mayores ya les quedaban chicas. Y eran de fibras naturales como lana o lino, y no sintéticas como ahora. ¿Sabe las toneladas de ropa que se queman por día a cielo abierto, solo porque no están de moda?
Es verdad. No nos preocupábamos.
En la cocina teníamos que hacer todo a mano, ya que no había batidoras, chuchillos, ni abrelatas eléctricos. Gastábamos muy poca electricidad. Las usinas generadoras a carbón, o combustibles fósiles, no trabajaban mucho.
Cuando envolvíamos algo, sea comida, un regalo, o cualquier objeto, lo hacíamos con papel. Lo mismo que cuando poníamos objetos frágiles en una caja, lo rodeábamos de papel de diario bien arrugado, y no como ahora con esa tela con bolitas, o palets sintéticos que demoran siglos en degradarse.
En mis tiempos no se usaba el motor a gasolina para cortar la gramilla. Era utilizado un aparatejo que había que tener músculos para hacerlo rodar. No era necesario ir a una academia.
Bebíamos el agua que salía del grifo, sin usar vasos de plástico ni botellas Pet.
La anciana volvió a recoger su bolsita con medicamentos y con una sonrisa tierna y hasta un poco socarrona, le dedicó un último…
Usted tiene razón Señorita. Poca atención le prestábamos.
Yo no estaba ahí presenciando eso. De estarlo, sin duda que hubiera aplaudido la abuela.
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