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Realmente hay que sacarse el sombrero frente al Capitalismo.
Tiene el poder de distribuir entre muy pocos los lucros, pero en cambio socializa las pérdidas.

La crisis globalizada que provocaron unas decenas de usureros, nos demuestra de la fragilidad de la burbuja del capitalismo desenfrenado.
La gran crisis del siglo pasado, recién pudieron repararla, con una segunda guerra mundial. El gobierno en aquella ocasión permaneció más como espectador que como el que paga los platos rotos.
Ahora no. Porque él es el culpable.
No controló ni reguló nada, esa locura de prestarle a intereses leoninos, a quien con seguridad no podría pagarlos fue una locura kamikeze.
Un país con un Banco Central serio, no puede permitir que un banco privado otorgue créditos de riesgo, que sobrepasen más de 60 veces su capital, contando con que siempre serán tiempos de vacas gordas.

Cuando se les pincha el globo...ya ven lo que pasa.
Ahora somos todos los que sufriremos las consecuencias.

Pero como dice un amigo: Después que pase el ciclón... vendrán las inundaciones...Y después las ambulancias...Y después por fin...vendrá el Forense.
La luz al final del túnel todavía está difícil de ver.
No es que el reflector esté quemado, es que la fornecedora de energía cortó el suministro por falta de pago.



“Una vez llegó al pueblo un señor, bien vestido, se instaló en el único
hotel que había, y puso un aviso en la única página del periódico local,
que está dispuesto a comprar cada mono que le traigan por $10.
Los campesinos, que sabían que el bosque estaba lleno de monos, salieron corriendo a cazar monos. El hombre compró, como había prometido en el aviso, los cientos de monos que le trajeron a $10 cada uno sin chistar.
Pero, como ya quedaban muy pocos monos en el bosque, y era difícil cazarlos, los campesinos perdieron interés. Entonces el hombre ofreció $20 por cada mono, y los campesinos corrieron otra vez al bosque.

Nuevamente, fueron mermando los monos, y el hombre elevó la oferta a $25, y los campesinos volvieron al bosque, cazando los pocos monos que quedaban, hasta que ya era casi imposible encontrar uno. Llegado a este punto, el hombre ofreció $100 por cada mono.
Como tenia negocios que atender en la ciudad, dejó a cargo del negocio de la compra de monos a su empleado.
Una vez que viajó el hombre a la ciudad, el ayudante se dirigió a los
campesinos diciéndoles: Fíjense en esta jaula llena de miles de monos que mi jefe compró para su colección. Yo les ofrezco venderles a ustedes los monos por $50, y cuando el jefe regrese de la ciudad, se los venden por $100 cada uno.
Los campesinos juntaron todos sus ahorros y compraron los miles de monos que había en la gran jaula, y esperaron el regreso del 'jefe'.

Desde ese día, no volvieron a ver ni al ayudante ni al jefe. Lo único que
vieron fue la jaula llena de monos que compraron con sus ahorros de toda la vida... “

Ahora sí tienen ustedes una noción bien clara de cómo funciona el Mercado de Valores y la Bolsa!.

(Este cuentito lo tenía guardado en un archivo antiguo. No se el nombre del autor ni de dónde lo copié, pero lo transcribo porque nunca pierde actualidad).



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