Decimotercer asesinato de Jehová (Yahveh).
(Resulta evidente que el tiempo que se tomaba Moisés para consultar a Yahveh, era el tiempo que él empleaba para ponderar
la nueva cuestión surgida. No hay nada de divino en las leyes, normas y demás preceptos de los judíos. Todos proceden del criterio de un hombre que quiso controlar, y controló, al pueblo judío. Luego, el cristianismo, y la iglesia católica al frente, lo hicieron extensivo a gran parte de la humanidad).


10 Había salido con los israelitas el hijo de una mujer israelita y de padre egipcio. Cuando el hijo de la israelita y un hombre de Israel riñeron en el campo,
11 el hijo de la israelita blasfemó y maldijo el Nombre, por lo que le llevaron ante Moisés. Su madre se llamaba Selomit, hija de Dibrí, de la tribu de Dan.
12 Lo retuvieron en custodia hasta decidir el caso por sentencia de Yahveh.
13 Y entonces Yahveh habló a Moisés y dijo:
14 Saca al blasfemo fuera del campamento; todos los que lo oyeron pongan las manos sobre su cabeza, y que lo lapide toda la comunidad.
15 Y hablarás así a los israelitas: Cualquier hombre que maldiga a su Dios, cargará con su pecado.
16 Quien blasfeme el Nombre de Yahveh, será muerto; toda la comunidad lo lapidará. Sea forastero o nativo, si blasfema el Nombre, morirá.
17 El que hiera mortalmente a cualquier otro hombre, morirá.
18 El que hiera de muerte a un animal indemnizará por él: vida por vida.
19 Si alguno causa una lesión a su prójimo, como él hizo así se le hará:
20 fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; se le hará la misma lesión que él haya causado a otro.
21 El que mate un animal, indemnizará por él; mas el que mate a un hombre, morirá.
22 Del mismo modo juzgarás al forastero y al nativo; porque yo soy Yahveh vuestro Dios.
23 Habló entonces Moisés a los israelitas. Sacaron al blasfemo fuera del campamento y lo lapidaron. Los israelitas hicieron como Yahveh había mandado a Moisés.
(Levítico 24:10-23 - Biblia de Jerusalén).