Cita Iniciado por Roberto0 Ver Mensaje
Tú vives un mundo de engaño y un mundo de ateos de ahí no puede salir nada bueno, solo cuando te conviertes en un cristiano te conviertes en un ser de carne y hueso, lo tuyo es poner falta siempre a la realidad, y la realidad es que Jesucristo ama a las personas que predican el Evangelio.
Pues nada, entonces será que no te gustan nada ni tus carnes ni tus huesos y sea ese el motivo de tu amargura.