Cita Iniciado por Roberto0 Ver Mensaje
Dios no había mandado sacrificios, pues Dios no da leyes que no sirven ni funcionan.

Dios no da una ley de sacrificios hoy para quitarla mañana, pon los profetas nos dicen que la Ley de Dios es una y para siempre.

Y Jesucristo también te dice:

Si hubiérais comprendido lo que quiere decir misericordia quiero y no sacrificios, no condenaríais a los inocentes.
(Hebreos 10:10) Por esa voluntad hemos sido santificados
mediante el cuerpo de Jesucristo,
que fue ofrecido una vez y para siempre.


Tu no piensas que dar su cuerpo
no es sacrificio?...................

Porque, como la Ley tiene una sombra de las cosas buenas por venir
pero no la realidad misma de esas cosas,
esta nunca puede perfeccionar con los mismos sacrificios
que se ofrecen regularmente año tras año a los que se acercan

De otro modo, ¿no se habrían dejado de ofrecer
los sacrificios porque los que dan servicio sagrado,
al haber sido purificados, ya no*tendrían conciencia de ningún pecado?

Por el contrario, con estos sacrificios se recuerdan año tras año los pecados,
porque no es posible que la sangre de toros
y de cabras elimine los pecados.

Así que, cuando él entra en el mundo, dice:
“‘No quisiste ni sacrificios ni ofrendas, pero me preparaste un cuerpo

Primero dice: “No quisiste ni aprobaste sacrificios
ni ofrendas ni ofrendas quemadas ni ofrendas por el pecado”,
que son sacrificios que se ofrecen según la Ley.

 Y luego dice: “Mira, he venido para hacer tu voluntad”.
Él elimina lo primero
para establecer lo segundo.

Por esa voluntad hemos sido santificados
mediante el cuerpo de Jesucristo,
que fue ofrecido una vez y para siempre.

Pero este hombre ofreció un solo sacrificio
para siempre por los pecados
y se sentó a la derecha de Dios
y desde entonces está esperando
a que se ponga a sus enemigos como
banquillo para sus pies
Porque con una sola ofrenda de sacrificio
él ha perfeccionado para siempre
a los que están siendo santificados

Además, el espíritu santo también
nos da testimonio de eso, porque primero ha dicho:
 “El pacto que haré con ellos después de esos días
—dice Jehová— es este.

Pondré mis leyes en sus corazones
y las escribiré en sus mentes”.
Luego dice: “Y no me acordaré más de sus pecados
ni de las cosas malas que hicieron”.
 Ahora bien, cuando estos son perdonados,
ya no hace falta una ofrenda por el pecado.


Por lo tanto, hermanos, ya que tenemos
valor para usar el camino de entrada
al lugar santo por medio de la sangre de Jesús
un camino nuevo y vivo
que él abrió para nosotros
a través de la cortina, es decir, su carne