Los que no quieren recibir la enseñanza del Evangelio se castigan ellos mismos, porque recibir el Evangelio y guardar sus mandamientos es la vida, y los que los desprecian, desprecian la vida. Entonces ellos mismos deciden seguir en el camino de la muerte.
En este tema te respondí, Doonga, y no he visto que me hayas respondido: