Un reciente estudio a pequeña escala de científicos estadounidenses halló evidencia de que la religión y las experiencias religiosas*activan los circuitos de recompensas*en nuestros cerebros de un modo muy similar al que lo hacen el amor, el sexo, las apuestas, las drogas y la música.
Es bien sabido de tiempo que el pensamiento actúa en el cerebro según este sea positivo o negativo para nosotros.

De acuerdo a ello, no cuenta el que lo que estemos pensando tenga relación con el exterior, es decir: que sea considerado por la mente consciente como verdad, pues la "verdad" exterior la fabrica el consciente con la manera que hemos aprendido de valorar las cosas, y lo que rige los sentimientos y las sensaciones proviene del subconsciente o "verdad interior", el cual carece de la facultat de razonar, y que por lo tanto lo toma como una orden que ejecuta dando al sistema endocrino el aviso de producción de hormonas según sea el caso.

Rahwananda