Porque odias a Dios...
NO mi estimado robertico.
No odio a nadie: ni a tu dios, ni al lobo feroz, ni a la abuela pata, ni al mago de hamelín.
Como verás a mí no me hace falta conocerte más.... tú estás aquí para perseguir al Salvador.
Acabas de agregar una nueva frase para el bronce.