El ego es un eje demasiado débil para hacer girar nuestra vida en torno a él.
No es muy coherente lo que afirmas, ya que el deseo, o la necesidad emocional de trascendencia lleva al hombre a fantasear acerca de una extensión de la existencia, y una extensión muy larga.
<<¿cómo todo ésto puede acabar luego de mi muerte?>>
Entonces, ante eso, aparece la fantasía que señala --
<<es que la vida sigue, y es eterna>>
Esa pareciera ser la roca sobre la cual se construyen las creencias.
Pero ni el deseo ni la necesidad construyen la realidad.
Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.
La vida sigue despues de la muerte. El mundo como tal sigue mientras nos entierran.
Cuando mueras lo sabas con certeza; mientras tanto los que tenemos la Fe en el Hijo de Dios; sabemos por fe que la Vida continuara con El a nuestro lado aun cuando hayamos fallecido.
Bien esta escrito cuando se dice: Pero el que no está seguro de si debe o no comer algo, al comerlo se hace culpable, porque no lo come con la convicción que da la fe; y todo lo que no se hace con la convicción que da la fe, es pecado.
Después de la muerte no hay
consciencia.
Es lo contrario a la vida
No hay nada que sobreviva a la muerte
y salga del cuerpo.
La salvación es vida eterna
en el paraíso terrestre para la mayoría de las personas
“Los justos mismos poseerán la tierra,
y residirán para siempre sobre ella.”
(Salmo 37:29)
“La tierra subsiste aun hasta tiempo indefinido.”
(Eclesiastés 1:4)
“Él realmente se tragará a la muerte para siempre,
y el Señor Soberano Jehová ciertamente
limpiará las lágrimas de todo rostro.”
(Isaías 25:8)
“En aquel tiempo los ojos de los ciegos
serán abiertos, y los oídos mismos de
los sordos serán destapados.
En aquel tiempo el cojo trepará
justamente como lo hace el ciervo,
y la lengua del mudo clamará con alegría.
Pues en el desierto habrán brotado aguas,
y torrentes en la llanura desértica.”
(Isaías 35:5, 6)
“[Dios] limpiará toda lágrima de sus ojos,
y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento
ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.”
(Revelación [Apocalipsis] 21:4)
“Edificarán casas, y las ocuparán;
y ciertamente plantarán viñas y comerán su fruto.
No edificarán y otro lo ocupará;
no plantarán y otro lo comerá.
Porque como los días de un árbol serán
los días de mi pueblo; y la obra de sus propias
manos mis escogidos usarán a grado cabal.”
(Isaías 65:21,22)
Nadie sabe si hay algo después de la muerte, o si no lo hay.Iniciado por KIMO
Puras especulaciones, mi estimado amigo, puras especulaciones.
Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.
Crees tu, el que lo creas no lo hace cosa real
tal como el que yo crea, no lo convierte en realidad.
Pero yo tengo bases para mis creencias
se basan en otra creencia, en que la biblia
es la palabra inspirada de el creador Jehova.
Y Jehova le dijo a Adan que cuando pecara
regresara al estado en el cual estaba antes de ser creado
inexistencia, no tormento por portarse mal.eso no fue
“El concepto cristiano de un alma espiritual
creada por Dios e infundida en el cuerpo al
tiempo de la concepción para hacer al hombre
un conjunto viviente es el fruto de un largo
desarrollo en la filosofía cristiana. Solo con Orígenes
[murió c. 254 E.C.] en Oriente y San Agustín
[murió en 430 E.C.] en Occidente quedó establecida
el alma como sustancia espiritual
y se formó un concepto filosófico
sobre su naturaleza.
Su doctrina [la de Agustín] debió mucho
(incluso algunos defectos) al neoplatonismo.”
(New Catholic Encyclopedia, 1967, tomo XIII, págs. 452, 454.)
“El concepto de la inmortalidad es un producto
del pensamiento griego,
mientras que la esperanza de una resurrección
pertenece al pensamiento judío.
Después de las conquistas de Alejandro,
el judaísmo fue absorbiendo gradualmente conceptos griegos.”
(Dictionnarie Encyclopédique de la Bible,
Valence, Francia, 1935, edición preparada
por Alexandre Westphal, tomo 2, pág. 557.)
“La inmortalidad del alma es una idea griega
formada en cultos misteriosos antiguos
y elaborada por el filósofo Platón.”
(Revista Presbyterian Life, 1 de mayo de 1970, pág.*35.)
https://wol.jw.org/es/wol/h/r4/lp-s