El hecho de que la fe que se describe bíblicamente no es credulidad, está respaldado por la Biblia misma:

Rom.10:14 Sin embargo, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han puesto fe? ¿Cómo, a su vez, pondrán fe en aquel de quien no han oído? ¿Cómo, a su vez, oirán sin alguien que predique?

Para que la fe esté basada en conocimiento exacto, ese conocimiento debe provenir de la fuente correcta: algo que sea realmente digno de confianza. Muchas personas ponen su fe en un conocimiento que es dudoso. Por ejemplo: algunas personas creen en enseñanzas que los hombres se inventan por sí mismos. Un excelente ejemplo es el caso de personas que se ponen al servicio de grupos religiosos sin saber de dónde han sacado sus enseñanzas. Normalmente cuando esas enseñanzas se ponen bajo la lupa, su origen es cualquier cosa menos bíblico.

La fe de estas personas no es la fe de la que habla la Biblia. Su confianza está puesta en hombres, quizás solamente porque esos hombres tienen determinado "prestigio" dentro de su propia comunidad. La fe no debe basarse en doctrinas que enseñan los hombres, solo porque ellos sean admirados por otros hombres. La fe que se basa en enseñansas humanas suele causar desilusión.

La fe bíblica tiene que estar basada en conocimiento bíblico real y bien argumentado con la Biblia misma; de otro modo, incluso lo que parece ser confiable porque es "bíblico" pudiera ser en realidad una forma errada de interpretar la Palabra de Dios. Por eso la Biblia debe ser estudiada a profundidad y no superficialmente, y no debe ponerse fe en todo lo que pretenda originarse de la Biblia sin antes ser puesto bajo la lupa de la Biblia misma. La Biblia es la única fuente confiable de conocimiento verdadero acerca de la esperanza que Dios ofrece a los humanos.