Daniel 12:1 “en aquel tiempo se levantará Miguel (Gabriel), el gran príncipe.
10:1: “Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.”
Al mencionar la Biblia que Miguel es “uno de los principales príncipes” ¿Debe entenderse que hay más príncipes prominentes? La Biblia cita a Miguel porque es el que estaba relacionado directamente con el pueblo de Israel
Daniel 10:21 “No obstante te informaré las cosas apuntadas en la escritura de la verdad, y no hay nadie que resulte fuerte conmigo en estas cosas sino Miguel, el príncipe de ustedes”.
En 12:1 se dice que Miguel está plantado a favor de los hijos del pueblo de israel.
Apocalipsis 12:7 dice: “Y estalló guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron con el dragón, y el dragón y sus ángeles combatieron,”
Dado que en éste texto dice que Miguel tiene ángeles a su mando es por lo consecuente un “arcángel” y quien directamente lo nombra así en las escrituras es Judas en el versículo 9 de su epístola universal: “Pero cuando Miguel el arcángel tuvo una diferencia con el Diablo y disputaba acerca del cuerpo de Moisés, no se atrevió a llevar un juicio contra él en términos injuriosos, sino que dijo: “Que Yahvé te reprenda”.”¿De qué libro cita Judas? No se encuentra en ninguna parte de la Biblia el texto que narre la disputa del arcángel Miguel con el diablo por el cuerpo de Moisés. Esta disputa se encuentra en el libro apócrifo de la asunción de Moisés (origen, “De principiis, III, 2,2)

El texto más parecido en la Biblia en el que alguien le dice lo mismo al diablo es el registrado en el libro de Zacarías capítulo 3 versículos 1 y 2 y fue pronunciado por el “Angel de Yahvé” y que a la letra dice:
“Y procedió a mostrarme a Josué el sumo sacerdote de pie delante del ángel de Yahvé, y a Satanás de pie a su derecha. Entonces el ángel de Yahvé dijo a Satanás: ¡Yahvé te reprenda, oh Satanás, sí, Yahvé te reprenda, el que escoge a Jerusalén! ¿No es este un leño arrebatado del fuego?”.
Filipenses 2:9 dice: “Por esta misma razón, también, Dios lo ensalzó a un puesto superior y bondadosamente le dio el nombre que está por encima de todo nombre,.. ¿A qué nombre se refiere el escritor bíblico inspirado? ¿Al de Miguel? ¡No! El versículo 10 y 11 de este capítulo 2 continúa diciendo: “para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los (que están) en el cielo y de los (que están) sobre la tierra y de los (que están) debajo del suelo, y reconozca abiertamente toda lengua que Jesucristo es Señor, para la gloria de Dios el Padre.”

Por lo anterior, el arcángel Miguel no es nuestro Señor Jesucristo, sino que es uno de los prominentes ángeles que está plantado a favor del pueblo judío y que decididamente apoya a Jesucristo, siendo nombrado como arcángel, es decir, tiene bajo su mando grupos de ángeles de los miles de millones de ángeles que existen en el cielo (Revelación 5: 11).
Ahora bien, en el libro de 1 Tesalonicenses 4:16 dice en la versión Reina Valera:
”Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo, resucitarán primero;”Algo similar vierte la Traducción del Nuevo Mundo. De ser la traducción de éste texto la correcta y que Cristo venga con esa voz de arcángel, no necesariamente se debe interpretar que Cristo Jesús sea el arcángel Miguel ya que esa expresión “voz de arcángel” denota autoridad sobre los seres celestiales, por eso el escritor bíblico acompaña las palabras “voz de mando”, “trompeta de Dios” para explicarse de que Jesús está por encima de todo nombre y desde luego cuando él regrese, vendrá con sus ángeles incluyendo dentro de éstos al arcángel Miguel (Mateo 16:27).

Otra traducción interesante del texto bíblico 1 Tesalonicenses 4:16 es la que da la Biblia Latinoamérica y dice:
“Cuando se de la señal por la voz del arcángel y la trompeta divina, el mismo Señor bajará del cielo. Y primero resucitarán los que murieron en Cristo.” ¿Lo notan? Un arcángel dará con su voz y la trompeta divina la señal para que el Cristo baje del cielo con todo su poder y gloria acompañado de sus ángeles. Mateo dice 24: 30-31 “Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre. Mientras todas las razas de la Tierra se golpearán el pecho, verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con todo el poder divino y la plenitud de la gloria. Enviará a sus ángeles, que tocarán la trompeta y reunirán a los elegidos de los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del mundo.” Ambas están en perfecta concordancia.

Por lo tanto, con esta traducción de 1 Tesalonicenses 4:16 no se apoya en lo mínimo la idea de que Jesús sea Miguel, ya que no es la voz de Jesús la del arcángel, sin querer minimizarlo, sino que para la explicación de este texto, sencillamente dice que un arcángel (no se dice quién, puede ser el mismo Miguel o cualquiera de los otros principales príncipes) quien con su voz y la trompeta divina dará la señal para que Cristo regrese al tiempo señalado por el Padre, tal como está escrito en 1
Timoteo 6:14-16: “Guarda el mandato, presérvalo de todo lo que pueda, mancharlo o adulterarlo hasta la venida gloriosa de Cristo Jesús, nuestro Señor. A su debido tiempo Dios lo manifestará, el Bienaventurado y único Soberano, Rey de reyes y Señor de Señores. Al único inmortal, al que habita en la luz inaccesible a quien ningún hombre ha visto ni puede ver, a él honor y poder por siempre jamás ¡Amén!”.

Daniel 9:5-6: “y alzando mis ojos miré, y he aquí un varón vestido de lienzos, y ceñido sus lomos de oro y de Ufaz: y su cuerpo era como piedra de Tarsis, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de metal resplandeciente, y la voz de sus palabras como la voz de ejército.”
Esta descripción es la misma que hace el apóstol Juan en Apocalipsis 1:12-15: “Y me volví a ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto vi siete candeleros de oro; y en medio de los siete candeleros, uno semejante al hijo del hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por los pechos con una cinta de oro. Y su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana blanca, como la nieve; y sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al latón fino, ardientes como en un horno; y su voz como ruido de muchas aguas”. Y ¿quién era este ser celestial?
Apocalipsis 2:18 lo aclara: “Y escribe al ángel de la iglesia de Tiatira: El Hijo de Dios, que tiene sus ojos como llama de fuego, y sus pies semejantes al latón fino, dice estas cosas:…” ¿Lo notan? Era Cristo, quien en una visión se apareció a Daniel como se describe en el capítulo diez del libro de Daniel. Por eso Daniel y Juan cayeron como muertos de la impresión. Pues resulta que este ser celestial que ya dije que era el Hijo de Dios, en el versículo 13 del capítulo diez aludido dice: “Más el príncipe del Reino de Persia se puso contra mí veintiún días: y he aquí Miguel, uno de los principales príncipes vino para ayudarme, y yo quedé allí con los reyes de Persia” Lo que prueba tajantemente que el propio Hijo de Dios señala a Miguel como a una persona celestial totalmente diferente a él.