Jesucristo es Dios y misericordia, y dejó un mandamiento bien claro no matarás así que nosotros no debemos animar a la violencia oa la pena de muerte, debemos ser perfectos como Dios lo es.
Kimo, deberías escuchar esto que te dice Esperanza:
Kimo, como te dice Esperanza, Dios no mandó matar después de haber mandado a los hombres desde el principio: no matarás. Dios no se contradice. Él dio sus mandamientos para siempre, para que los hombres los guardaran. ¿Cómo iba a mandar Dios que los hombres desobedecieran el mandamiento: no matarás?
El mandamiento no matarás siempre estuvo vigente para los hombres y aún sigue vigente porque Jesús lo enseñó cuando predicó el Evangelio. Así que lo que tú enseñas no es lo que enseña el Evangelio, porque los mandamientos de Dios fueron dados para siempre, siempre estuvieron vigentes y siguen vigentes, pues Jesús los enseñó y mandó que se guardaran:
Mateo 19
Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
19:18 Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio.
19:19 Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
19:20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
19:21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
19:22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
9:23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
19:24 Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
Así es, pues Jesús anuló del Antiguo Testamento todo mandato inmisericorde, porque lo que Dios quiere y siempre quiso, es la misericordia. Por eso, Jesús cuando predicó el Evangelio nos enseñó los mandamientos que en verdad habían sido dados por Dios desde siempre y para siempre, y anuló del Antiguo Testamento todos los mandatos que no eran más que mandatos de hombes.
“El que ama a su semejante ha cumplido la ley.
Porque el código de la ley:
‘No debes cometer adulterio,
No debes asesinar,
No debes hurtar,
No debes codiciar,’
y cualquier otro mandamiento que haya,
se resume en esta palabra, a saber:
‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.’
El amor no obra mal al prójimo;
por lo tanto el amor es el cumplimiento de la ley.”
—Romanos 13:8-10.
34 Los fariseos, después de oír que había hecho callar a los saduceos, se juntaron en un grupo. 35 Y uno de ellos, versado en la Ley, preguntó, para probarlo: 36 “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”. 37 Él le dijo: “‘Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente’. 38 Este es el más grande y el primer mandamiento. 39 El segundo, semejante a él, es este: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo’. 40 De estos dos mandamientos pende toda la Ley, y los Profetas”.
MATEO 22:39
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Exacto Jesucristo abolió muchos mandamientos de hombres porque faltaban a la misericordia.
Y nosotros los verdaderos cristianos que hemos entendido que el evangelio es lo más perfecto , la ley más perfecta, hacemos lo mismo, no nos vendemos a ninguna religión falsa como alguno de los foristas que están aquí.
Como te dice la escritura, de estos dos mandamientos pende toda la Ley y los Profetas. Pero como los hombres nunca han querido amar a su prójimo como Dios manda, por eso Jesucristo vio necesario que conociéramos todos los mandamientos de la Ley para que supiéramos amar a nuestros prójimos como Dios manda.
Y para que no te olvides de los mandamientos de Dios que Jesucristo mandó guardar y que son los que te enseñan perfectamente cómo debes amar a tus semejantes, te los recuerdo como así te los recuerda el Evangelio.
La verdadera Ley de Dios es la que Jesucristo nos enseñó en el Evangelio, que así nos dice:
"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12)
Jesús también enseña los verdaderos mandamientos de la Ley de Dios que debemos guardar para entrar en la vida y que así nos dicen:
"Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" (Mateo 19:16-24)
A los hombres codiciosos que se hacen dueños de muchas posesiones les cuesta muchísimo respetar la vida de Los indefensos (NO MATARÁS), y también les cuesta muchísimo entregar sus bienes a los pobres. Ellos no quieren el camino de la misericordia y prefieren imponer penas de muerte, sacrificios y esclavitud a los pobres. Por eso, Jesucristo también les dijo:
"... si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7 )
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo". (Mateo 22:34-40)
El Señor no mandó que se mate a las personas que cometen faltas, sino que se les perdone, pues el Evangelio así nos dice:
"Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete". (Mateo18:21-22)
"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas". (Mateo 6:14)