Simples y sentidas palabras. Me agrada tu estilo. Sólo quiero hacer una observación, modesta, por cierto.
Uno de los errores más comunes en los que incurren los enamorados es en pensar
que el ser al que aman es único e irrepetible. Adjudicarle dicha característica a la persona amada es apropiarnos de futuras tristezas como la que expresas en este texto.
Es cierto que está bien esa melancolía si es que servirá para enhebrar alguna reflexión, algún pensamiento, pero no sé si esté del todo bien sufrir por quien ya no está en nuestras vidas. Créeme que esa mujer aún está con vos. Sólo tenés que buscarla
en otras mujeres.
Tengo que escoger lo que detesto:
o el sueño, que mi inteligencia odia,
o la acción, que a mi sensibilidad repugna;
o la acción para la que no nací, o el sueño
para el que no ha nacido nadie.
Resulta que como detesto a ambos,
no escojo ninguno, pero, como alguna vez
tengo que soñar o actuar, mezclo una cosa con la otra.