A mí en lo personal me gusta pisarlos, y lo que más es cuando te das con ese saliente, llámese pico de mesa, armario y demás enseres justo en el dedo pequeño. La sensación que se experimenta es muy placentera, hasta tal punto de acordarte de la madre que hizo ese precioso mueble que adorna tu casa y a la vez es un arma de destrucción de dedos.
¿Están nuestros pies seguros en nuestras casas?